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Los anticuerpos neutralizantes -producidos por el organismo en respuesta a una infección o a una vacuna- bloquean la capacidad de los virus para entrar en las células del huésped y son importantes porque ayudan a generar inmunidad a largo plazo.
Sin embargo, aún no está claro si los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 pueden neutralizar también las nuevas variantes del virus.
En el estudio publicado por Nature Medicine, Michael Diamond y Ali Ellebedy, del Washington University School of Medicine (St. Louis, Misuri), y Pei-Yong Shi, de la University of Texas Medical Branch (Galveston, Texas), han evaluado la capacidad de los anticuerpos para neutralizar linajes recientes del SARS-CoV-2, como la variante del Reino Unido (B.1.1.7).
También han estudiado la capacidad de los anticuerpos para neutralizar virus quiméricos diseñados genéticamente que contienen las proteínas de espiga de las variantes sudafricana (B.1.351) y brasileña (B.1.1.248), como la cepa Washington del SARS-CoV-2 (Wash SA-B.1.351).
Para hacer el estudio, los autores recogieron anticuerpos monoclonales y muestras de suero (que contiene anticuerpos neutralizantes) de pacientes convalecientes de Covid-19 y de personas que habían sido vacunadas con el suero de Pfizer-BioNTech, y luego probaron su capacidad neutralizante frente a un panel de variantes naturales del SARS-CoV-2 y de variantes sintéticas creadas en el laboratorio.
La mayoría de las muestras mostraron una “actividad inhibidora reducida” contra los virus con la proteína de espiga B.1.351 u otros virus SARS-CoV-2 con mutaciones en las posiciones 484 y 501, lo que sugiere que los anticuerpos neutralizantes actuales “pueden tener menos eficacia” contra las variantes sudafricanas u otros virus con mutaciones en las posiciones 484 y 501.
Los hallazgos pueden tener implicaciones terapéuticas, ya que el plasma inmune de las personas infectadas al principio de la pandemia podría no proteger a los pacientes infectados con algunas de las nuevas cepas.
Es posible que haya que ajustar algunos de los tratamientos de anticuerpos terapéuticos existentes, así como las secuencias de las vacunas, pero los autores advierten que se necesitan estudios de casos corroborados en pacientes para respaldar sus hallazgos. EFE