Salud y Familia

Bebés prematuros: héroes desde el nacimiento

La mayoría de bebés que nacen antes de las 40 semanas de gestación pueden presentar algunas enfermedades, por falta de desarrollo. En Guatemala, dos de cada diez nacimientos que se registran son prematuros y requieren hospitalización.

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Los bebés que nacen entre la semana 35 y 37 presentan menos posibilidades de tener complicaciones con su salud. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

shutterstock Los bebés que nacen entre la semana 35 y 37 presentan menos posibilidades de tener complicaciones con su salud. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Silvia Morales es madre de tres niñas que nacieron prematuras. La primera, María Isabel, nació de 34 semanas de gestación. Aunque fue un nacimiento sorpresa la bebé no tuvo mayores complicaciones, por lo que estuvo en incubadora por 12 horas por control y luego fue a casa con su mamá. “Así conocí el tema de los bebés prematuros. Sin embargo, más adelante la vida me puso más retos”, dice Morales.

A los cinco años quedó embarazada nuevamente. Con Marinés, su segunda hija, vivió un embarazo complicado porque sufrió de desprendimiento de placenta durante las primeras semanas, desarrolló arritmia cardiaca y tuvo hemorragias, por lo que los médicos ya esperaban que se diera un nacimiento prematuro. La bebé nació de 32 semanas y pesó cinco libras. Debido a que tenía buena salud no necesitó estar en incubadora y fue a casa con su mamá de inmediato.

Al año siguiente Silvia estaba esperando a su tercera hija. Debido a los embarazos anteriores ya esperaban que el tercero también fuera prematuro. El embarazo se desarrollaba con naturalidad, sin embargo, un día sintió que la bebé no se movía, por lo que fue con el médico y junto a su equipo de especialistas decidieron que debían practicar la cesárea porque algo pasada con la bebé.

Natalia nació de 30 semanas, pesó 3.3 libras y necesitó estar 28 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Durante ese tiempo se enfrentó a varios retos debido a que sus pulmones no estaban completamente desarrollados, por lo que necesitó ventilación mecánica en su máxima intensidad.

Silvia Morales con su hija Natalia. de 30 semanas de gestación. (Foto Prensa Libre: cortesía RAPP).

“Yo no pude cargar a mi hija hasta los nueve días de nacida. Además, no podía estar mucho tiempo con ella porque no tenía quien cuidara a Marinés. Entonces ella me acompañaba las casi doce horas que pasaba en el hospital. Durante esas horas lo único que podía hacer era extraerme leche para que Natalia se alimentara, estar en la sala de juegos por Marinés y esperar noticias de los médicos y la nutricionista”, relata Morales.

Las tres niñas, luego de superar los retos de ser prematuras, tuvieron atraso en el desarrollo motor. Sin embargo, fue algo que superaron con terapia y hoy se encuentran bien de salud.

Bebés prematuros

Un nacimiento prematuro es cuando un bebé nace antes de completar 37 semanas, de las 40 que se dan en un embarazo a término. Debido a que su crecimiento y desarrollo más importante ocurre sobre todo en los últimos meses y semanas, cuando nacen muy pronto pesan menos que los bebés que sí completaron su gestación. Además, pueden presentar problemas de salud, ya que sus órganos no tuvieron el tiempo suficiente para desarrollarse, comenta Mercedes Saravia, médico pediatra.

De acuerdo qué tan temprano nazca puede ser:

  • Prematuro tardío: nace entre la semana 34 y semana 36 completas de embarazo.
  • Prematuro moderado: nace entre la semana 32 y la semana 34 de embarazo.
  • Muy prematuro: nace antes de las 32 semanas de embarazo.
  • Prematuro extremo: nace antes de las 25 semanas de embarazo.

Factores de riesgo

Aunque muchas veces la causa específica de un parto prematuro no es clara, existen diversos factores de riesgo que lo pueden provocar. Por ejemplo, haber tenido otro parto prematuro, que el embarazo sea múltiple o la concepción haya sido por técnica de reproducción asistida, como la fertilización in vitro. También cuando la madre ha sufrido algún tipo de infección intrauterina, como las infecciones urinarias o infecciones en del líquido amniótico; cuando tienen presión arterial alta, mal nutrición -desnutrición u obesidad-, enfermedades crónicas como cáncer, lupus, insuficiencia renal; problemas en el útero o placenta

“Un factor que influye mucho en los partos prematuros es no llevar un buen control prenatal, porque por medio de este los médicos pueden saber cómo está creciendo el bebé y las características del embarazo, si es natural, de riesgo o de alto riesgo”, menciona Carmen Hernández, ginecóloga y obstetra.

Cuando se tiene un embarazo prematuro la técnica de nacimiento común es la cesárea, debido a que es la forma más controlada. El objetivo es evitar hemorragias en el cerebro del bebé, ya que muchas veces su cráneo no está lo suficiente rígido como nacer en parto natural. También se opta por esta técnica cuando la madre presenta preeclampsia, hipertensión después de la semana 20 de gestación, o eclampsia, presencia de convulsiones en pacientes con preeclampsia.

“A las madres que se les practica cesárea no necesitan cuidados, más que los necesarios por una cirugía mayor, como guardar reposo 40 días. Sin embargo, no todas pueden hacerlo porque quieren y necesitan estar pendiente de sus bebés”, dice Hernández.

Nacimiento

Daniela Schwank, quien junto a Paola Cofiño fundaron la Red de Apoyo a Papás Prematuros -RAPP-, fue mamá primeriza de Lukas, un bebé prematuro. En diciembre del 2015 la diagnosticaron con menopausia prematura hereditaria, por lo que la posibilidad de quedar embarazada eran mínimas. Sin embargo, en febrero del 2016 al hacerse una prueba recibió la noticia de que tenía cuatro semanas de embarazo.

Fue un embarazo complicado, ya que durante el primer trimestre tuvo cuatro amenazas de aborto y fue necesario que estuviera en reposo. Durante su chequeo en la semana 32 el médico le comentó que su bebé tenía bien desarrollada su cabeza, sin embargo, su cuerpo se había quedado como si estuviera en la semana 30. La perinatóloga, especialista en medicina meterno-fetal y encargada del seguimiento y control de los embarazos de alto riesgo, recomendó que el bebé naciera en ese momento.

Lukas, de 32 semanas de gestación. (Foto Prensa Libre: cortesía RAPP).

“El 25 de agosto nació Lucas. Pude conocerlo hasta el día siguiente, porque él estaba en el intensivo. Ese día me levanté temprano, me bañé y fui a verlo. Cuando entré, me desmayé. No es la forma en la que uno se imagina que va a conocer a su hijo, porque es un lugar en el que está rodeado de máquinas, sondas y tubos que hacen sonidos desconocidos, y realmente no sabes quién es tu bebé”, relata Schwank.

Lucas estuvo 35 días en el intensivo. Entre los principales retos que tuvo fue dejar el oxígeno y respirar por sí solo. Además, a los 20 días le detectaron un coágulo en el corazón. Tuvo retinopatía del prematuro, un trastorno ocular causado por el crecimiento anómalo de los vasos sanguíneos en la retina. Salió del hospital el 30 de septiembre del 2016 y actualmente se encuentra bien de salud.

Cuidados

De acuerdo con Andrea Castillo, pediatra neonatóloga, las principales patologías que presentan los bebés prematuros se derivan de la falta de desarrollo de sus órganos dentro del vientre de la madre El más evidente es la inmadurez de sus pulmones, por lo que tienen insuficiencia de surfactante, que ayuda a mantener abierto el pulmón para que puedan respirar. Esta sustancia también ayuda a defenderlo de bacterias que pueden provocar infección en sus órganos, lo cual se evidencia como dificultad para respirar.

Los bebés prematuros son propensos a infecciones debido a la necesidad que tienen los médicos de colocarles sondas y tubos en su cuerpo para ayudarlos a vivir. Por ejemplo, pueden colocar un tuvo en sus pulmones para conectarlos a un ventilador y así se evite o disminuya una reacción inflamatoria del pulmón.

También es importante cuidar su sistema digestivo, porque muchos sufren de una patología llamada NEC, la cual consiste en una reacción inflamatoria severa en el intestino porque no estaba preparado para recibir los alimentos, por ello es importante dar leche materna para fortalecer sus órganos.

La técnica de canguro – colocar al bebé pecho con pecho- con la madre ayuda a controlar su calor y a sentir el apego materno. (Foto Prensa Libre: cortesía RAPP)

Otro factor que incide en el desarrollo de patologías es que a la mayoría debe colocárseles catéteres centrales en su cuerpo, para administrarles medicamentos y alimentación parenteral (APT), lo cual los hace susceptibles a infecciones e invade su cuerpo.

Requerimiento nutricional

El mayor requerimiento nutricional de los bebés prematuros es que, por su pequeño tamaño, deben seguir ganando peso como si estuvieran dentro del cuerpo de la madre. El problema consiste en que las complicaciones de su nacimiento son las que determinan qué tan factible será lograr subir de peso. Necesitan alrededor de 120-130 Kcal/día y también deben ser cubiertas sus necesidades de vitaminas y minerales.

“Generalmente necesitan de una alimentación parenteral que se debe de iniciar lo más pronto posible, siempre y cuando esté en condiciones adecuadas. Por medio de esta se logra proveer un aporte calórico que permite detener la pérdida de peso y tratar de iniciar la ganancia. Luego se procede al inicio de alimentación enteral ya sea con leche materna o fórmula para prematuro”, explica Gabriela Belteton, nutricionista especialista en lactancia materna.

Algunos bebés, dependiendo su edad gestacional, no han desarrollado la succión por lo que se puede iniciar la alimentación parenteral por una sonda orogástrica o nasogástrica por donde se administra la leche materna o fórmula. Se debe de esperar a que este reflejo de succión se presente para iniciar la alimentación al pecho o biberón, si ya lo logra, pero no es lo suficiente, se puede complementar por medio de la sonda.

“Se ha visto que los que reciben leche materna logran alcanzar más rápido el volumen de leche que necesitan. Además de su valor nutricional la leche materna provee componentes antimicrobianos e inmunológicos, hormonas y enzimas que pueden contribuir de forma positiva”, dice la profesional.

Prevención

Aunque la causa exacta del parto prematuro con frecuencia se desconoce, existen algunas cosas que se pueden hacer para ayudar a reducir el riesgo de tener un parto prematuro. Las expertas recomiendan llevar un buen y exacto control prenatal, para determinar qué tipo de embarazo se tiene, tomar las pastillas prenatales que ayudan a prevenir cualquier deficiencia nutritiva que se tenga, realizar mínimo cuatro ultrasonidos durante el embarazo durante las semanas 11, 20, 28 y 32.

“Llevar una vida saludable. Hacer ejercicio, tener una alimentación variada y balanceada, hidratarse y tratar de tener un estilo de vida relajado ayudará mucho a tener un embarazo sin riesgo. Si se desea ser madre, la mujer debe cuidarse para que todo salga bien”, dice Castillo.

Miedo y esperanza

Erika Ramos es madre de dos niños. El embarazo de su primera hija fue sin complicaciones y a término, sin embargo, el de su segundo hijo fue de riesgo. Juan Daniel nació el 10 de agosto, a semana 30 de gestación. Una de las principales complicaciones que tuvo fue la dificultad de ganar peso, aunque nació de 4.4 libras. Luego de estar varias semanas en el intensivo fue dado de alta

“Cuando conocí a mi hijo estaba lleno de tubos. Al verlo así me asusté y cuando regresé a la habitación le hablé fuerte a mi esposo y le reclamé que por qué no me había dicho nada de cómo estaba la situación. Pero más que reclamarle, lo que hice fue externar mi culpa”, dice Cifuentes.

“En el intensivo había otras madres y una de ellas se trató de acercar a mí, preguntándome cómo estaba y cómo me sentía. Pero yo no quería que me hablaran. De verdad me invadió el miedo, el enojo y la culpa porque lo primero que se piensa es que quizá yo pude evitar que mi hijo naciera antes, pero no es así. El enojo viene también porque porque en el lugar donde trabajaba me despidieron a pesar de estar embarazada, y llevé junto al embarazo, un proceso legal, que me causó mucho estrés”, agrega Ramos, quien ahora es madre mentora en la RAPP.

Estos sentimientos son comunes en los padres y madres de familia de bebés prematuros que presentan complicaciones. Sobre todo, cuando tienen que conocer o cargar a su hijo por primera vez. Las tres madres de bebés prematuros explican que el desconocer del tema, de las implicaciones y cuidados que requieren sus hijos las hicieron sentir más miedo y culpa.

“A todas las madres les puedo decir que es natural y aceptable sentir miedo, enojo y culpa. Está bien. Aunque nos hayan dicho que pasaría, nadie está preparado para ver su hijo así. Es válido querer llorar, no entender lo que dice el médico y después investigar. Solo hay que saber que hay otras madres que ya pasamos por esto y que estamos acá para ayudarnos y sobre todo, escucharnos”, enfatiza Silvia Morales, madre mentora en la RAPP.

La Red de Apoyo a Papás de Prematuros -RAPP- nació en el 2017, con el objetivo de dar acompañamiento emocional a los familiares de niños prematuros. Con la idea inicial y fundación de Danny Schwank y Paola Cofiño se unieron a la invitación otros mentores. Actualmente son un grupo de 10 papás y mamás que de forma voluntaria apoyan emocionalmente a otras familias. Se unieron porque la experiencia vivida en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos (UCIN) les dejó “en deuda con la vida” con ganas de ayudar y de generar cambios. 

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