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Beneficios del Ikebana: cómo hacer el arte de los arreglos florales que conecta cuerpo, mente y alma

El Ikebana, el arte japonés del arreglo floral, también es un método de relajación y meditación que invita a la introspección.

Beneficios del Ikebana

Para practicar el Ikebana, la técnica japonesa, se requiere de un lugar tranquilo y de elementos naturales. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

Los seres humanos somos una especie más de la naturaleza. Cuando vivíamos en tribus y no existía la tecnología estábamos conectados con nuestro entorno, ya que nuestra alimentación y desarrollo dependían de ello. Sin embargo, con la evolución nos hemos ido apartando de la naturaleza, ya que se han desarrollado dispositivos que nos ayudan a hacer tareas que antes nos mantenían al aire libre y atentos a nuestro alrededor. No se trata de pelear con la tecnología ni con el desarrollo, porque en nosotros está ser evolutivos, pero sí somos llamados al equilibrio.

“Cuando nuestro pensamiento se ve afectado por diversos factores ambientales, familiares y sociales, se va llenando de cargas que nos alejan de nuestro estado natural que es la paz. Nuestro cerebro nos ancla en el pasado y en el futuro, y menos en el presente, así que parar llegar allí lo que nos ayuda es el exterior”, dice Mayana González Castro, terapeuta alternativa.

Para la profesional, estar conscientes de nuestro exterior nos hace pensar en el presente, en el momento que estamos viviendo ahora. “Estamos poco a costumbramos a analizar cómo llegamos hasta acá, por qué nos está pasando esto o por qué tomé una decisión. Estamos más en el hubiera. Si analizamos nuestro presente apreciaríamos más las cosas, nuestro alrededor. Así que debemos pensar más en eso, ver lo que tenemos al lado y si hay algo que nos guste, debemos incluirlo más en nuestra rutina”, añade.

Esa es la disciplina del mindfulness: tener la mente en donde uno está físicamente, en lo que se está haciendo. Si a este acto lo llevamos a cabo en la naturaleza sus beneficios serán mejores. Estudios científicos han demostrado que estar al menos cinco horas a la semana en contacto con la naturaleza mejora el manejo del estrés, por lo que podemos estar más conscientes de nuestro presente.

Una de las prácticas que invitan a nuestra mente a enfocarse en el aquí y en el ahora es el Ikebana. Esta práctica ancestral representa la armonía del Universo por medio de arreglos florales.

Cómo hacer Ikebana

Aunque es conocido como “el arte japonés del arreglo floral”, va más allá de la estética. Esta práctica popular en la decoración surgió luego de la llegada del budismo a Japón, ya que era usada como ofrenda floral en el altar de Buda, sin embargo, no tenía ningún orden o estética en particular.

Durante el siglo VI, aproximadamente, se decidió que los sacerdotes budistas no estaban haciendo bien los arreglos florales y no eran dignos de los altares en los templos, por lo que el monje Ono-No-Imoko les enseñó cómo representar la armonía del Universo en flores.

Desde ese momento los diseños de los arreglos fueron más complejos y se distinguían por simbolizar el universo, el cielo, el mar y la tierra. La rama central y más alta apunta al cielo. Al lado de este núcleo se agrupan los otros tallos, a la derecha e izquierda a un nivel más bajo que el principal, y después viene un tercer grupo de tallos más bajos alrededor del centro que van a servir de soporte para mantener la unión del conjunto.

Beneficios del Ikebana
El agua es un elemento importante en el Ikebana, porque representa la tranquilidad y fluidez del presente. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

“Es un antiguo arte que emerge de un respeto a la naturaleza, profundamente arraigado en la cultura japonesa que lleva consigo una forma de vivir con la mayor admiración por todo lo que sea natural o producto de la naturaleza”, dice Andrea Domínguez en su texto Ikebana.

El ikebana representa la armonía del ser humano con la naturaleza por medio de los arreglos florales. “Yo soy diseñadora floral y hago arreglos florales para diferentes eventos, pero esta práctica va más allá de lo social porque por medio de los diseños se envían diferentes mensajes que están relacionados con la conexión del cuerpo, mente y espíritu”, explica Rebeca Lemus de Hernández, diseñadora floral, juez máster del National Garden Club.

Los materiales que se usan para estos arreglos, en su mayoría, son las flores que tenemos en nuestro jardín. “Rara vez se usan flores que compremos en otros lugares. Lo ideal es que sean plantas que nosotros hayamos sembrado y cuidado porque así el arreglo llevará una parte nuestra”, agrega.

Los arreglos con la técnica de Ikebana se distinguen porque están en grupos de tres, de manera que representan el equilibrio entre el cielo, por lo que las flores van viendo hacia arriba; la tierra, representada por las raíces y la base de arreglo; y el ser humano, que es el espacio entre los dos grupos anteriores. A esta conexión y relación se le llama “triada universal”.

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Para las culturas que lo practican no solo se trata de hacer los arreglos usando esta técnica, sino que las plantas deben dialogar entre sí y enviar un mensaje, por lo que las proporciones, tonalidades y formas llevan una composición similar, al igual que las ramas, hojas u otros objetos naturales que les incluyen.

Conforme se fue desarrollando el arte del Ikebana surgieron otros estilos, como el Kenka, cuyos arreglos se ofrecían a los dioses, a Buda y a los seres queridos ausentes. El Rikkwa, que significa flores erectas que llevan la oración materializada en flor directamente al cielo.

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Para realizar el Ikebana se requiere de silencio, lo cual permite la meditación. También, es necesario que la persona se relaje y se aleje de cualquier distracción, ya que este proceso debe hacerse con lentitud y precisión para conectar con la naturaleza. Libros relacionados a este arte detallan que para aprender se requiere de paciencia, concentración, carácter, serenidad y es espíritu dirigido simultáneamente hacia Dios y a la humanidad.

Beneficios

Las profesionales indican que entre los principales beneficios de practicar el Ikebana está la meditación y conexión con la naturaleza, lo cual puede impactar de manera positiva en nuestra vida.

Beneficios del Ikebana
El arte del Ikebana expresa mensajes desde la meditación del florista. (Foto Prensa Libre: Shutterstock).

“Estar en contacto con la naturaleza nos da muchos beneficios. Por ejemplo, hay estudios que nos explican que los pacientes están en contacto con ella tienden a una recuperación más rápida y con menos dolor. Además, al estar al aire libre y con la exposición del sol adquirimos vitamina D, lo que nos genera mejor estado de ánimo”, comenta Gonzáles Castro.

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El Ikebana, con la meditación específicamente, invita a la relajación y al bienestar porque genera una conexión con nosotros mismos y la naturaleza. Al iniciar debe saber qué mensaje, desde su interior, quiere enviar con el arreglo que hará. Además, la delicadeza con la que lo va haciendo permite que sea capaz de apreciar la belleza de las pequeñas cosas de la vida.

Asimismo, desarrolla la capacidad de la tolerancia y paciencia, porque no es una actividad que pueda hacer a la carrera, sino que necesita prestar atención a cada detalle para lograr la armonía que caracteriza a este arte.

Al usar únicamente elementos orgánicos, automáticamente se reflexiona sobre el paso del tiempo: las hojas secas simbolizan el pasado, las hojas verdes son el presente y las semillas o capullos son el futuro. “El Ikebana permite reencontrase, porque uno mismo se puede ver reflejado en las plantas. Es una acción que también invita al autoperdón y, sobre todo, al respeto entre el ser humano y la naturaleza”, opina Lemus de Hernández.

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