Se define como un tipo de cáncer que comienza cuando las células del cuerpo crecen sin control en los pulmones. Es mucho más propenso en las personas que fuman, aunque también puede aparecer en aquellas que son fumadores pasivos (quienes están expuestos al humo de otros fumadores). Se estima que el tabaquismo es la causa principal del 85 por ciento de todos los casos.
De acuerdo con Walter García Gonzalez, jefe de cirugía oncológica de la Liga Nacional contra el Cáncer (Incan), si se eliminara el tabaco a nivel mundial, aproximadamente el 30 por ciento de los tipos de cáncer se podrían evitar, ya que fumar también provoca cáncer de boca, de esófago y de páncreas, etc.
Al igual que otros tipos de cáncer, el de pulmón no presenta síntomas en etapas tempranas, por lo que se diagnostica cuando ya está muy avanzado y las opciones de tratamiento son limitadas.
La OMS señala que el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer, con una cifra estimada de 1,8 millones de muertes (18%) en 2020.
Síntomas del cáncer de pulmón
“Una de las características principales del cáncer de pulmón es que es asintomático cuando comienza. La persona no tiene ninguna molestia. Al estar en etapas avanzadas, el paciente presenta tos y flema con sangre. Incluso, tiene dificultad para respirar cuando el cáncer ya está muy diseminado y ha causado derrames en el pulmón”, comenta García González.
Los síntomas más comunes del cáncer de pulmón son:
- Tos persistente
- Tos con sangre, algunas veces en pequeñas cantidades
- Dolor en el tórax
- Cansancio
- Pérdida de peso son causa conocida
- Sufrir de infecciones pulmonares recurrentes
- Dificultad para respirar
- Pérdida de apetito
- Problemas para trabajar
- Roncar en la noche
- Dolor de cabeza constante
Tipos de cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón se divide en dos tipos, según el aspecto de las células cancerosas que se ven desde el microscopio. Esto es importante determinarlo, ya que así se podría decidir el tratamiento a seguir. Los más comunes son:
Cáncer de pulmón no microcítico
Este tipo representa aproximadamente el 85 por ciento de los casos de cáncer de pulmón. Se caracteriza porque crece lentamente y se divide en carcinoma de células escamosas (carcinoma epidermoide), el adenocarcinoma y el carcinoma macrocítico (o de células grandes), según los tipos de células de pulmón.
El American Cancer Society señala que esta agrupación se hace porque el método de tratamiento y el pronóstico son a menudo similares.
Cáncer de pulmón microcítico
Este tipo de cáncer de pulmón es el más común en fumadores empedernidos. Suele crecer y propagarse más rápido que el cáncer de pulmón no microcítico.
En la mayoría de los casos, este tipo de cáncer se ha propagado más allá de los pulmones en el momento en que es diagnosticado. Dado que crece rápidamente, suele responder bien a la quimioterapia y la radioterapia. Aunque, lamentablemente, el cáncer podría regresar en algún momento.
Causas del cáncer de pulmón
Los especialistas coinciden en que fumar cigarrillos es la causa principal del cáncer pulmonar. El riesgo de desarrollar este tipo de cáncer varía según el número de cigarrillos fumados y del número de años durante los que se ha fumado.
En las personas que dejan de fumar, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón disminuye, pero los ex-fumadores continúan presentando un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de pulmón que quienes nunca han fumado.
“Se considera que el tabaquismo provoca cáncer de pulmón al dañar las células que recubren los pulmones. Cuando inhalas el humo del cigarrillo, que está lleno de sustancias que producen cáncer (carcinógenos), se generan alteraciones en el tejido del pulmón casi de inmediato”, explica Clínica Mayo.
Otros factores de riesgo también son la contaminación del aire, exposición al humo de tabaco ajeno, uso de fuegos abiertos para cocinar y calentar, así como la exposición de sustancias carcinógenos como asbesto, radiación, radón, arsénico níquel, entre otros.
Diagnóstico y tratamiento
Los métodos de diagnóstico consistirán, primero, en un examen físico. Al tener sospechas, el médico pedirá una radiografía o una tomografía de pulmones.
También se pedirá una biopsia, que consiste en la toma de una muestra de tejido del pulmón para determinar qué tipo de cáncer es. “La biopsia es bien complicada porque hay que meter una cámara desde la boca y queda en los pulmones. Si el tumor está en los bronquios, donde baja el aparato para tomar la biopsia entonces es más fácil, pero sino es muy difícil porque hay que explorar más”, dice García Gonzalez.
Respecto al tratamiento, dependerá del tipo de cáncer y de su propagación. Estos pueden ser por cirugía, radioterapia, quimioterapia, tratamiento dirigido e inmunoterapia.