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Cáncer en sangre: Hodgkin y no Hodgkin, sus síntomas y tratamientos
Una tos persistente, sudores nocturnos y pérdida de peso podrían estar relacionados con un cáncer de sangre y los especialistas comentan más de esta enfermedad.
Un millón de personas padecen de linfomas en el mundo, un cáncer de sangre que afecta en especial los ganglios linfáticos, entre otras áreas. (Foto Prensa Libre: Kindel Media/Pexels)
El conocido como linfoma es un tipo de cáncer de sangre, también existe en el mismo grupo la leucemia y el mieloma.
Uno de las últimas pacientes famosas que resultó con esta enfermedad en 2022 fue Jane Fonda. "El cáncer es un maestro y estoy prestando atención a las lecciones que me depara. Una cosa que ya me ha mostrado es la importancia de la comunidad. De hacer crecer y profundizar la propia comunidad para que no estemos solos...", dijo en ese momento.
Cada año se diagnostican 735 mil nuevos casos en el mundo de esta enfermedad, según datos de Lymphoma Coalition.
La misma organización explica que un millón de personas en todo el mundo viven con linfoma, pero muchas personas aún desconocen que el linfoma es una forma de cáncer potencialmente mortal.
Ana Sofía Cámbara Morales es una guatemalteca que en 2018 tenía síntomas de gripe y una tos que cada vez era más intensa, tanto que no la dejaba dormir. Al ir al médico se pensó que era un problema cardíaco, pero unas evaluaciones más confirmaron que era un linfoma.
El sistema linfático es el afectado. Este es una serie de tubos, ganglios y órganos como el bazo y el timo que forman parte de nuestro sistema inmunológico y que ayuda para combatir infecciones.
Cuando se habla de linfoma se divide en dos, el linfoma de Hodgkin y el linfoma de no Hodgkin. El primero fue descubierto en 1832 por el médico Thomas Hodgkin después de encontrar síntomas de un cáncer que afectaba los ganglios linfáticos. El Instituto Nacional de Cáncer describe que estos últimos filtran las sustancias que el líquido linfático transporta y contienen linfocitos (glóbulos blancos) que ayudan a combatir infecciones y enfermedades.
En todo el cuerpo hay cientos de ganglios linfáticos conectados entre sí por los vasos linfáticos. Se encuentran grupos de ganglios linfáticos en el cuello, la axila, el tórax, el abdomen y la ingle. Por ejemplo, en la axila hay entre 20 y 40 ganglios linfáticos.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. anota que el linfoma de Hodgkin se propaga de manera ordenada de un grupo de ganglios linfáticos a otros, mientras que el linfoma no Hodgkin lo hace de una manera desordenada.
Más que un diagnóstico
Cámbara entonces tenía 21 años y era estudiante de veterinaria cuando se enteró que era linfoma de Hodgkin cerca del pulmón izquierdo. Tenía más síntomas que no había notado como sudores nocturnos y bajó de peso, pensaba que era por un medicamento que estaba tomando, recuerda.
Su proceso fue en el Hospital San Juan de Dios, pasó por quimioterapias y otros procesos. Recuerda que tenía un medicamento que costaba cerca de Q15 mil y que debía comprar cada 15 días, por seis meses. En ese momento sus amigos organizaron rifas y otras actividades para reunir el dinero. "Mucha gente que ni me conocía me apoyó y gracias a todos ellos sigo aquí", expresa.
"Ahora aprecio cada momento porque uno nunca espera una enfermedad así. Fue un poco duro y me gusta disfrutar detalles como caminar o respirar y eso me enseñó a disfrutar más. En 2022 terminé terapias de mantenimiento y el año pasado se hizo un trasplante de médula ósea para que la enfermedad no regrese", comenta.
La joven paciente tiene actualmente 26 años y está en observación y uno de sus sueños es regresar a sus estudios, aunque ahora su camino será en psicología. "Gran parte de recuperarse de estas pruebas es el estado de ánimo para estar bien y descubrir lo positivo entre todo, así como reconocer que Dios hace milagros", expresa.
Niños y adultos
La enfermedad es más común en adultos jóvenes de 20 a 39 años y en los adultos de 65 años o más, pero también los niños y adolescentes pueden ser afectados.
El oncólogo pediatra Mauricio Castellanos, de la Unidad Nacional de Oncología Pediátrica, Unop, comenta que de 700 casos anuales que tiene la institución, el tipo más frecuente es la leucemia y le sigue en segundo lugar el linfoma, que es el más tratado en la población infantil guatemalteca, aunque también comenta que más de la mitad de los niños no son diagnosticados en el país.
Por su parte, Silvana Oliva, hematóloga pediátrica, dice que ambos linfomas tienen variedades y una clasificación grande y cada uno tiene un comportamiento diferente. "Es importante que la población conozca que esta enfermedad tiene tratamientos y probabilidades de curación y es importante que las familias que están afectadas no se alejen de los servicios de salud porque existen muchas probabilidades de sobrevida", agrega.
Los síntomas
Robert George Nahas, oncólogo médico en Miami Cancer Institute parte de Baptist Health South Florida, especializado en trasplantes de médula ósea para pacientes con mieloma múltiple, leucemia y linfoma con malignidades de alto riesgo comparte que el sistema linfático hace parte del sistema inmunológico que funciona normalmente. Cuando ciertas células del sistema linfático se vuelven cancerígenas, esto crea una condición conocida como linfoma. Hay muchos tipos diferentes de linfomas con diferentes características y generalmente es mejor que un equipo médico familiarizado con el linfoma revise estos casos.
Los síntomas incluyen inflamación de los ganglios linfáticos, especialmente en la parte del cuerpo donde se desarrolla la enfermedad. Por lo regular está afectado, la ingle, la axila, el cuello, detrás de los oídos y la parte posterior de la cabeza. Aunque podría aparecer también en el tórax y el abdomen.
Hay tres preguntas que hacemos a cada paciente que sospechamos que puede tener linfoma, dice Nahas. ¿Tiene fiebre? ¿Tiene sudores nocturnos profusos? ¿Ha tenido una pérdida de peso significativa en los últimos tres meses?
El médico también explica que es importante recordar que estos síntomas no necesariamente significan que un paciente tenga linfoma, pero respuestas positivas a esas preguntas justifican pruebas adicionales, como imágenes, análisis de sangre y biopsia de tejido.
Sobre el tratamiento
Hay docenas de tipos diversos de linfoma, y cada uno requiere un tratamiento diferente. Nahas explica que la mayoría se trata con quimioterapia e inmunoterapia, la radioterapia y, más raramente, la cirugía.
"Por otro lado, algunos linfomas no Hodgkin no requieren ningún tratamiento, ya que pueden ser indolentes o de crecimiento lento y solo necesitan un monitoreo frecuente", agrega Nahas. Añade que hay terapias más dirigidas como la inmunoterapia que pueden desempeñar un papel en la evolución del tratamiento.
En el caso del linfoma no Hodgkin cuando se necesita tratamiento, es muy tratable. De hecho, más del 70 por ciento de los pacientes con linfoma no Hodgkin están vivos cinco años después del diagnóstico.
Un punto importante para los médicos al momento de evaluar el tratamiento es reconocer la etapa en que se encuentra la enfermedad. Esto se llama estadificación.
La etapa (estadio) describe a dónde y cuánto se ha propagado el linfoma en su cuerpo. Puede estar en etapa uno, dos, tres o cuatro. Cuánto más bajo es el número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más alto significa un linfoma más grave que se ha propagado más lejos, explica la página de American Cancer Society.
El diagnóstico oportuno es fundamental. Cerca del 98 por ciento de los linfomas que se detectan en la etapa inicial, identificada como uno, son curables. En la etapa dos, 80 por ciento; en la etapa tres, entre 70 y 75 por ciento; y en la cuatro, inferior a 50 por ciento.