“Durante dos años estuvimos investigando con una empresa británica qué tipo de bioplástico era el más adecuado para fabricar una capa”, cuenta Cantón, emprendedora de 47 años que en el 2009 lanzó Equilicua, una compañía de productos ecológicos que, como reza su lema, “te hacen pensar”.
La idea le surgió durante la Expo de Zaragoza del 2008. “Vi unas imágenes de montañas de capas de plástico convencional en un vertedero. Eso me hizo reflexionar sobre la cantidad de eventos deportivos o musicales en los que estos residuos contaminan”, explica.
Para crear esta prenda se utilizó una técnica japonesa llamada Nendo Dango, que consiste en rellenar una bolita de arcilla del tamaño de un garbanzo de semillas y un poco de abono.
De un curso de robótica del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Cambridge (Boston), nació un lápiz con una cápsula de semillas en uno de los extremos que, una vez usado, se planta y brotan hasta 13 plantas distintas como la menta, la albahaca o el romero.
“Mucha gente habla de consumo responsable, pero a veces es difícil entender cómo contribuir. El objetivo de este lápiz es revertir el pensamiento de que al final todo es inservible y se tira a la basura”, explica. del emprendedor danés Michael Stausholm, de 45 años, que acabó comprando la idea y fundando la compañía Sprout, de venta de productos sostenibles.
Enterrado con la parte de la cápsula hacia abajo, la semilla tarda en brotar entre 24 horas y dos semanas, depende de la planta que se escoja. Ya ha vendido más de tres millones de lápices y entre sus clientes está Disney, Pepsi o Bank of America.
Cómo sembrar un lápiz con semillas. (Video Prensa Libre, tomado de YouTube.com)
https://www.youtube.com/watch?v=zFgFAW9qj9c
Sheedo es una compañía fabrica productos de marketing offline, tarjetas de visita, invitaciones, trípticos o cajas con papel de fibra de algodón con semillas en su interior.
La lámina de papel se humedece en un plato con agua, y una vez que las semillas de manzanilla brotan y alcanzan un centímetro de altura, se vierte un poco de tierra. “En la fase de prueba se nos morían muy pronto las plantas. Estuvimos consultando a varios ingenieros agrónomos y nos hicieron esa recomendación. Sin tierra, no sobrevive”, cuenta. El tipo de tinta impermeable que usan hace que el mensaje no se borre.
