La pandemia aceleró conversaciones sobre la flexibilidad del trabajo y cambió el tema de liderazgo, que ahora se mide de manera más generalizada a través de resultados y toma en cuenta datos para basarse en números reales y así ver el crecimiento y desempeño de las personas. Para muchos ha sido una experiencia positiva desde este punto de vista.
Otro aspecto que ha permitido el trabajo a distancia es que las personas no se quieren seguir enfermando. Trabajar desde la casa permite mayor disponibilidad del tiempo y enfocarse otras actividades relacionadas con sus metas personales o familiares. Aunque no para todos ha sido sencilla esta adaptación, explica Andrés Soto, gerente general de Manpower Group de Guatemala.
El experto comenta que hay una realidad que no se puede ocultar y la Organización Mundial de la Salud le ha llamado fatiga pandémica, “estamos corriendo una maratón desde hace casi 20 meses donde no sabemos qué va a pasar mañana, fallecen compañeros, familiares y esto ha llevado a una gran transformación a todo nivel”, agrega.
Soto recomienda a los líderes en las empresas sentarse y conversar con los colaboradores, conocer la realidad que viven y a partir de ahí tomar acciones tanto preventivas como de acompañamiento o crear planes para apoyarlos. Recuerda que de manera equivocada se piensa que nadie debe llevar sus problemas a la zona de trabajo, pero es imposible separar esto porque el ser humano es integral.
Las inquietudes y problemas que podrían describir son múltiples y también las soluciones. Estas van desde que los líderes creen programas como créditos para que los padres se aseguren que todos en casa tengan un dispositivo para trabajar o estudiar, mejorar la conexión de internet, donar o conseguir equipo o mobiliario para que se tenga un mejor espacio de trabajo en casa, entre otros detalles.
Es importante considerar otras campañas como la de promover hogares libres de violencia doméstica, para evitar el acoso laboral o bien trabajar en las adicciones, ya que son temas que han afectado en la pandemia.
Si se han presentado muerte de trabajadores o personas dentro de la institución, los colaboradores pasan por duelos, entonces se sugiere recordar a las personas, dar un espacio para sentirse tristes y buscar acompañamiento profesional en el manejo del duelo.
Para Soto, estas u otras acciones que se requieran, según cada contexto, harán que las personas tengan un mejor clima laboral y también se cree una dinámica de confianza y lealtad.
El camino personal
Soto recomienda a los colaboradores reflexionar sobre qué cosas es posible cambiar y cuáles no, así como aceptar procesos de adaptación frente a los cambios.
Es importante encontrar actividades que llenen a la persona de energía como el hacer deporte o encontrar otra actividad que le ayude a desconectarse. “Cada persona tiene sus propios gustos, en lo personal trabajo en un huerto propio porque disfruto de cocinar también…otras personas podrían disfrutar del cine u otra serie de actividades que ayuden a disminuir los niveles de estrés”, dice Soto.
Los expertos también recomiendan poner atención a la alimentación saludable y dormir bien. Esto último es esencial para recargarse. No se debe olvidar el establecer límites y también aprender a decir que no cuando sea necesario.
En busca de ayuda profesional
El psiquiatra de la Clínica Humanamente y asesor de Janssen, Walter Rinze Turton, comenta que durante la pandemia las consultas de su clínica han aumentado en un 200 por ciento por el cambio drástico de vida, el encierro y otras condiciones.
Por ejemplo, está el estrés o el agotamiento crónico del trabajo o burnout en el que parece no tener energía suficiente y rinde menos. Se pelea más con sus compañeros o presenta ausencias laborales.
Se observa que algunos pacientes con este problema manifiestan en niveles elevados de estrés desde dolores de cabeza, problemas de memoria, diarrea, estreñimiento, falta de energía o concentración, hasta ansiedad y depresión.
Rinze también describe la ansiedad y las crisis de pánico. Las personas tienen sudoración, sensación de náusea, opresión en el pecho e incluso se puede confundir con un infarto, pero al llegar al médico todo está bien o tienen la presión un poco elevada.
En este punto también está el temor de contagio por la pandemia o el miedo a morir pronto.
La depresión es otro punto importante que se está presentando. En ocasiones hay ansiedad y depresión juntos.
Rinze Turton, comparte que “las personas que padecen depresión tienen sentimientos profundos de tristeza, se aíslan, poseen poca concentración e interés en sus actividades diarias, tienen dificultad para recordar, poca energía, sentimientos de inseguridad o vulnerabilidad, entre otros”.
Estos aspectos, también tienen implicaciones que impactan negativamente en el lugar de trabajo, como ausentismo, productividad reducida, lesiones, quejas de personal, entre otros. La depresión así como la ansiedad y otros trastornos podrían requerir tratamiento de especialista. Los profesionales pueden proponer, con base en la condición del paciente, desde tratamientos psicológicos hasta medicamentos antidepresivos. La detención temprana es crucial.
“Se estima que en América Latina el cinco por ciento de la población tiene depresión y que una de cada tres personas que acuden a servicios psiquiátricos tienen resistencia al tratamiento, que implica que este paciente ya recibió al menos dos tratamientos en el pasado y no ha mejorado”, agregó Rinze.
Es indispensable ayudar a reconocer a las personas los signos de la depresión, incluyendo la tristeza excesiva, la desesperanza, la perdida de interés en actividades y los cambios de apetito o del sueño, así como escucharle con respeto y motivarles a buscar apoyo profesional.