Noelia Arévalo, fundadora de la Asociación de Naturistas de Guatemala y del Instituto Naturista Guatemalteco, indicó que, en los últimos años, las personas han consumido cada vez más esta semilla debido a que han notado su valor nutricional. Resaltó que principalmente ayuda para problemas de estreñimiento, para la inflamación del hígado, a mantener humectada la piel, a las articulaciones y para perder peso.
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Nutrición
De acuerdo con la base de datos de nutrientes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés), una onza de semillas de chía contiene: 131 calorías, 8.4 gramos de grasa, 13.07 gramos de carbohidratos, 11.2 gramos de fibra, 5.6 gramos de proteína y no contiene azúcar.
A criterio de la nutricionista Andrea Oliva, la chía es principalmente una fuente de fibra, proteína, calcio y hierro, y posee propiedades antioxidantes, lo cual beneficia a las células del cuerpo. Para consumirlas sugiere molerlas o licuarlas, ya que de esta manera “se aprovechan mejor los nutrientes”. Además, indicó que ayuda a controlar problemas cardíacos y a nivelar el colesterol.
Oliva también recomienda las semillas para perder peso. “Da sensación de saciedad debido a la fibra que contiene; sin embargo, no hay que comer más de tres cucharadas al día, pues se debe tener en cuenta las calorías y carbohidratos que tiene”, aseguró.
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Beneficios para la piel
Los nutrientes que tiene la semilla de chía, además de ser indispensables para el buen funcionamiento celular, también tienen beneficios para el cuidado de la piel, ya que posee altos porcentajes de macro y micronutrientes necesarios para cubrir los altos requerimientos que exige este órgano.
El estudio titulado La chía como súper alimento y sus beneficios en la salud de la piel, efectuado en México, indicó que los nutrientes de la chía colaboran en la prevención de imperfecciones, regulación hormonal, producción de colágeno. Además, corrigen la deshidratación y previenen la inflamación, generando una piel más suave, elástica y luminosa.
Cómo incluirla en sus comidas
Una de las formas para consumirla es en batidos o limonadas. “Es importante dejar reposar la semilla en agua durante la noche y hasta en la mañana del día siguiente mezclarla con un batido o jugo de limón. Pueden existir riesgos si se consume en exceso y si no se deja en reposo por un tiempo, ya que, aunque sea natural, hay que tomarla con medida”, comentó Arévalo.
También se pueden comer en cereales, yogurt o avena, y agregarlos a productos horneados como pan y cubiletes.
Una receta que es sencilla de preparar y saludable es la siguiente: a un tazón agregar leche –preferible si no es entera–, semillas de chía, miel de maple y jarabe de vainilla al gusto. Luego de batirlo, hay que cubrirlo y ponerlo a refrigerar durante la noche hasta que quede espeso y cremoso. Si desea, puede agregarle trozos de fruta.
Importancia histórica
Esta semilla es nativa del sur de México y norte de Guatemala, y si bien en los últimos años ha resultado ser una novedad en el mercado, su uso y sus subproductos se remontan a 3 mil 500 años antes de Cristo.
Fue parte esencial de culturas mesoamericanas, para quienes fue uno de los cultivos básicos, superado solo por el maíz, frijol, amaranto y poroto. Estas culturas utilizaban la chía como alimento, medicina, ofrenda a los dioses y materia prima para producir un aceite que era empleado como base en pinturas decorativas y ungüentos cosméticos.
Actualmente los principales países productores de chía son México, Guatemala, Bolivia, Colombia y Argentina. Esto se debe a que a finales del siglo pasado el interés por la semilla resurgió adquiriendo particular importancia por su composición química, pero sobre todo por ser rica en ácidos grasos omega 3.
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