Para entender bien lo que quieren transmitir se debe interpretar al animal en conjunto, es decir, valorar la postura corporal, la posición de las diferentes partes del cuerpo y las vocalizaciones que emiten en una situación determinada, al tener en cuenta, además, la situación en la que se encuentran, explica el sitio barkibu.com
1. Ofensiva o dominante
El perro aparenta ser más grande, al mostrar la cola y las orejas erguidas, las extremidades extendidas y, ocasionalmente, el pelo erizado y los labios levantados para enseñar los dientes. El perro adopta esta postura cuando se encuentra en tensión, y puede ir seguida de un ataque.
2. Defensiva o de sumisión
El perro tratará de “hacerse más pequeño”al flexionar las extremidades,esconder la cola entre las patas traseras, echar las orejas para atrás. Mediante esta postura, el can indica que siente miedo o inseguridad, o bien, muestra sumisión a otro perro que se le acerca.
La sumisión puede ser activa o pasiva. En este último caso, además de lo anterior, el perro se colocará boca arriba, al dejar que el otro le olfatee el vientre y la región genital. También puede ir acompañada de erizamiento del pelo y de labios levantados para enseñar los dientes, sobre todo cuando la amenaza que siente el animal es muy grande.
3. Postura de juego
El perro agacha el tercio anterior del cuerpo y levanta el posterior. La cola y las orejas pueden estar erguidas o no, y en movimiento. Cuando un perro adopta esta postura, pide jugar y, por tanto, el receptor entiende que no hay ninguna situación de tensión que temer.
4. Señales de calma
Son diferentes gestos que realizan los perros cuando se encuentran en situaciones comprometidas que les generan estrés y malestar. Las más habituales son girar la cara, lamerse el hocico repetidas veces, olfatear el suelo o dar la espalda. Hay que fijarse con frecuencia en el can para descubrir cuáles son las más utilizadas por él.
5. Vocalizaciones
El sonido más evolucionado en el perro es el ladrido. Se han realizado estudios en los que varias personas debían decir la situación en que se encontraba un perro al escuchar sus ladridos únicamente.
El porcentaje de aciertos en estas pruebas es alto, lo que demuestra que hemos aprendido a interpretar muy bien lo que transmiten los perros mediante el ladrido, aun cuando no se ve directamente. Así, suele resultar bastante fácil distinguir entre un perro que ladra por ansiedad, por excitación o por amenaza.