Aunque existen muchos focos de transmisión, los más frecuentes están vinculados a beber agua o comer alimentos contaminados por estos virus. “Otro punto importante para el contagio es cuando los niños asisten a colegios o guarderías donde hay un brote de estas enfermedades. Por eso es recomendable que los menores con gastroenteritis se queden en casa hasta que se alivien completamente”, agregó Ortiz.
En el hogar hay que limpiar la cocina, los sanitarios y los pisos de todas las áreas, especialmente si hay bebés o niños pequeños. “Es fundamental inculcar el lavado correcto de manos con agua y jabón”, enfatizó la experta.
Hidratación
Para evitar que la situación se agrave, cuando el menor presenta vómitos, diarrea y temperatura corporal alta (mayor de 38 grados), lo primero que se debe hacer es garantizar la hidratación. “Hay que darles líquidos, suero oral o lactancia materna, según la edad”, aconsejó Ortiz.
Esta medida evitará que el organismo se descompense ante la pérdida de líquidos producto de la sudoración y la diarrea.
“Mi principal consejo es no medicar a nuestros hijos sin la asesoría de un médico, pues esto podría empeorar la situación”, enfatizó Ortiz.
Síntomas leves
- Algunas molestias como dolores abdominales, vómito y fiebre se alivian durante las primeras horas.
- Si el bebé tiene más de seis meses, se recomienda que los padres guarden la calma y que hidraten a su hijo en todo
- momento.
- Si el pequeño evoluciona favorablemente, solo será necesario estar controlado por un adulto y evitar que ingiera alimentos con grasas o muy condimentados.
¿Cuándo acudir al médico?
- Cuando un bebé menor de seis meses presenta vómitos y diarrea.
- Cuando el llanto es incontrolable.
- Cuando la fiebre no cede o aumenta.
- Cuando el dolor abdominal es severo.
- Cuando hay presencia de sangre en las heces.
- Cuando el menor vomita todo lo que ingiere.
Flora intestinal
Los tratamientos contra las gastroenteritis y otras dolencias intestinales dependerán del cuadro clínico del paciente, quien debe acudir con un médico para que este prescriba los medicamentos adecuados.
Los probióticos —microorganismos vivos—, como el Bacillus clausii, son parte de la terapia para tratar las diarreas en niños y adultos, ya que fortalecen la flora intestinal y mejoran la
fisiología del tracto digestivo.
Higiene en el hogar
La Organización Mundial de la Salud recomienda el lavado de manos antes y después de manipular alimentos; antes de comer o beber; después de ir al baño, toser o estornudar; y después de haber tenido contacto con animales. También es fundamental la limpieza en la cocina y en los ambientes donde juegan los niños.
Estas medidas ayudan a reducir el contagio de virus y bacterias que provocan enfermedades estomacales.