“Las calificaciones finales nos darán un resumen de cómo fue el rendimiento durante todo el año y este puntaje es el que nos permite saber si pasan al siguiente grado”, explicó ayer la psicóloga Anabela Molina, de la Unidad de Bienestar Estudiantil de la Universidad del Valle de Guatemala, durante El Consultorio, que se transmite por todas las plataformas de Prensa Libre.
A criterio de la Molina, las notas no determinan la totalidad del aprendizaje de niños y niñas, por lo cual también es necesario analizar la opinión de estos. “Tenemos que evaluar todo el esfuerzo y el empeño que invirtieron nuestros hijos para cumplir con sus asignaciones académicas”, agregó.
Comunicación
Luego de haber evaluado la situación y determinar los aspectos positivos y negativos, el primer paso es entablar un diálogo entre padres e hijos. “Independientemente del resultado, siempre hay que destacar el deseo de superación”, recomendó Molina.
También se debe evitar premiar o castigar los resultados positivos o negativos, pues los niños y adolescentes deben entender que sobresalir en los estudios es algo necesario para su vida profesional.
Por último, es necesario establecer reglas para que la disciplina no se pierda durante las vacaciones. “Se puede ser flexible con los horarios, pero siempre hay que respetar algunos aspectos de la rutina, para que en el próximo año no sea difícil retomarla”, enfatizó Molina.
Consejos
Los padres de familia también deben evaluar cuál fue el grado de involucramiento en el desarrollo escolar de sus hijos durante todo el año.
Si el resultado académico fue el esperado, lo único que debemos hacer es motivar a los niños a seguir con esa disciplina.
Si el pequeño o adolescente corre el riesgo de perder el año, lo mejor es explicarle que todo tiene consecuencias y que utilice esta lección para cambiar su conducta. No se aconseja castigarlo físicamente ni utilizar palabras ofensivas.
Padres e hijos deben adquirir un compromiso para que en el próximo año el rendimiento escolar sea mejor.
Cursos útiles
Es común que los padres opten por inscribir a sus hijos en cursos de vacaciones. Estos deben contribuir al desarrollo integral de los pequeños. Una buena opción son los talleres vinculados a la literatura, las artes escénicas o la plástica.