Salud y Familia
Cómo cuidar el cabello alimentándose mejor
El consumo excesivo de grasas saturadas favorece la pérdida del cabello al provocar el agotamiento de las células madre del folículo piloso, del cual nace el pelo, bloqueando su regeneración e impidiendo que vuelva a crecer.
El consumo excesivo de alimentos ricos en grasas saturadas, provoca que se contraigan los folículos pilosos y, por último, que se pierda cabello. (Foto Prensa Libre: EFE)
Una alimentación excesiva en grasas saturadas, aquellas que se encuentran en los alimentos de origen animal, como las carnes rojas, embutidos, la leche entera y sus derivados como los quesos curados, eleva los niveles de colesterol dañino o LDL, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y favoreciendo la obesidad y el sobrepeso corporal.
La mayoría de las grasas de este tipo, las cuales tienen ciertas propiedades químicas y por lo general son sólidas a temperatura ambiente, provienen de productos alimenticios animales, pero algunos aceites vegetales, como el de palma y el de coco, también las contienen en concentraciones altas, según los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE.UU.
De todos modos, “todas las grasas aportan energía para que el organismo funcione adecuadamente, por lo que no se deben suprimir de la dieta los alimentos que contienen grasas saturadas sino consumirlos con moderación”, explican desde la Clínica Universidad de Navarra (CUN).
Grasas saturadas y mengua capilar
Desde Hospital Capilar (HC) añaden otra razón para moderar el consumo de estas grasas en particular: ingerir en exceso los alimentos que las contienen favorece la pérdida del cabello al provocar el agotamiento de las células madre del folículo piloso, del cual nace el pelo, bloqueando su regeneración e impidiendo, a la larga, que el cabello crezca allí de nuevo, según explican.
“Nuestro cabello necesita nutrientes y vitaminas para crecer de manera saludable y, por ello, seguir una dieta equilibrada se ha convertido en un factor clave para prevenir su caída” explica el doctor Steven Walker, de la clínica HC.
“Las grasas en general y los ácidos grasos esenciales en particular son muy importantes en el ciclo de crecimiento del cabello, participando de manera importante en el ciclo folicular, por lo que son necesarios para mantener una correcta salud capilar”, según Walker.
Sin embargo, las grasas saturadas, producen alteraciones a nivel sistémico (afectan a todo el cuerpo) por lo que si se consumen demasiadas de modo habitual se termina “comprometiendo la irrigación sanguínea del folículo piloso, lo que, a su vez, produce un aumento de los radicales libres (sustancias que dañan las células)”, según explica.
Algunos alimentos a base de carbohidratos, como la pastelería y los productos hechos con masa a nivel industrial, y aquellos elaborados con aceite y grasa de palma, también pueden tener efectos negativos sobre la salud, porque contienen altos niveles de grasas saturadas, según los especialistas de HC.
Por otra parte, el consumo excesivo de grasas saturadas hace que se dejen de lado en la dieta, alimentos que contienen fibras vegetales y micronutrientes esenciales para el correcto funcionamiento folicular y para que el cabello se mantenga saludable y fortalecido, como vitaminas y minerales, según Walker.
El menor aporte de estas sustancias saludables provoca un déficit nutricional y un aumento de los radicales libres, lo que también afecta negativamente al folículo piloso a nivel celular, puntualiza.
Todo esto redunda en que el cabello luzca más opaco, sin brillo y deshidratado; pierda su color natural progresivamente; y finalmente se caiga en mayor medida y más rápido, según HC.
Dieta aliada del cabello
Para prevenir, en la medida de lo posible, la caída del pelo, los expertos de HC recomiendan, en primer lugar, seguir una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, carnes y legumbres.
Para tener un cabello sano y fuerte, también se deberán incluir en la dieta alimentos que contengan vitaminas A, C, E y del grupo B; ácidos grasos Omega-3; los minerales zinc, silicio, hierro y selenio, así como proteínas, según esta misma fuente.
Las espinacas, los huevos, las legumbres secas, el hígado, las ostras, los pescados azules como el salmón, el atún o las sardinas; las papas y los aguacates, son alimentos que favorecen la buena salud capilar”, señala el especialista de Hospital Capilar.
Y en algunos casos, puede ser necesario y aconsejable “optar por una suplementación vitamínica, siempre bajo la recomendación de un especialista, con el fin de aportar los micronutrientes necesarios para el folículo piloso” concluye el doctor Walker.