Pero ¿y qué pasa el día después del 14 de febrero? Esas rosas llegan a casa y deben acomodarse en algún lado, tratando de mantener el color, la frescura y, por supuesto, el amor.
Por eso, para aprovechar ese regalo, aquí unos consejos para evitar que las rosas del día se marchiten. Y claro, para todos los arreglos de rosas en general.
Más vida
Según Steph Yin, del New York Times, el primer paso comienza en el recipiente donde se colocarán las rosas. El jarrón debe lavarse a profundidad para quitar vestigios de las bacterias de flores anteriores.
Por segundo paso, se debe recortar entre uno y tres centímetros del tallo en forma diagonal. Puede ser con unas tijeras o un cuchillo.
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Es importante que el recorte se haga, como sugiere el artículo, en una tina o bajo el chorro con agua, para evitar que burbujas de aire entren al tallo y bloqueen el flujo del líquido.
Después, es recomendable colocar las flores en agua a 43 grados centígrados y mantener el jarrón en un lugar fresco por dos horas.
Este proceso, explica Yin, se llama “acondicionamiento” y sirve para que las moléculas de agua tibia se mueven por los tallos más rápido, mientras que un ambiente fresco reduce la pérdida de agua a través de los pétalos.
El agua deberá cambiarse una vez a la semana, recortando un poco más los tallos cuando se haga.
¿Qué debo agregar al agua?
Yin probó añadir desde aspirinas y cloro, hasta vodka y monedas de cobre. Sin embargo, no encontró diferencias completamente sustanciales para preferir por uno u otro método.
Según Yin, lo mejor es buscar flores lo más resistentes o duraderas. Las rosas suelen durar no más de una semana, así que no se frustre si a los días comienzan a caer los pétalos.
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