La crisis mundial ha generado más desafíos en el abastecimiento de alimentos por las interrupciones en las cadenas de suministros y las medidas de cuarentena. Medidas que han contribuido al problema de la pérdida alimentaria, en donde los productores y distribudores no han encontrado mercados a los que abastecer y, por ende, su producto se ha echado a perder.
La organización también ha criticado a los consumidores por las compras compulsivas que provocaron desperdicio y el desabastecimiento en los supermercados.
Se ha estimado que África, Europa y América podría alimentarse por completo con la cantidad de comida que se tira cada año en el mundo.
Lo anterior traducido en cifras significaría 1,300 millones de toneladas de alimentos que van a la basura anualmente. Entre los que más se desperdicia están las frutas y verduras, queso, pescado, pan, cereales, huevos y leche.
Leslie Ramírez, ingeniera ambiental de la Universidad Rafael Landívar comenta que muchas personas no tienen consciencia ambiental de lo que consumimos y que para llegar a nuestra mesa ha pasado por un gran proceso en el que las plantas han pasado semanas o meses de crecimiento y en el que se involucra toda una cadena de producción.
Por ello, motiva a organizar mejor las compras y en planificar el consumo de alimentos, además que al comprar frutas y vegetales, entre otros productos se utilice lo menos posible de empaques y se implementen buenas prácticas de higiene en el hogar.
Ivonne García, nutricionista y coordinadora de la práctica clínica de la Universidad Rafael Landívar comenta que en casa también se puede dar una diversidad de acciones para evitar esta problemática como la creación de una lista de compras consciente que nos lleve a comprar únicamente lo que se consumirá.
También ayudará seguir la guía de cómo se cocinaba antes y era comprar en porciones para el día o para un par de días, así como buscar la manera que cuando queda alguna comida ésta se consuma después o se reinvente en una nueva propuesta.
Trabajo en conjunto
Julio Orozco, director ejecutivo de la Gremial de Alimentos y Bebidas, explica que en esta temática de la pérdida de alimentos todos tenemos algo que aportar incluso en casa y hacer compras responsables.
“La idea es pasemos de ser más conscientes a tener acciones”, agrega Orozco.
Cuando hablamos de las estimaciones de desperdicios a nivel mundial el 14% de la producción total es la que se desperdicia y en América Latina está en el 11% aproximadamente, según la FAO.
En los procesos industriales existen tres puntos para evitar el desperdicio que va desde el cumplimiento de normas, programas voluntarios de donación de alimentos por medio de bancos o programas internos y la gestión ambiental para el aprovechamiento de recursos, comenta Orozco.
“En el caso de las donaciones las empresas que representamos lo hacen de forma voluntaria y activa, garantizando los más altos estándares de calidad, en la que se busca que la entrega de alimentos sea de manera pronta a través de los bancos de alimentos que tienen una función vital y así promover que evitemos el desperdicio y contribuir a la reducción de los niveles de hambre”, dice Orozco.
“Como productores de arroz, avena y harina de maíz estamos a favor del consumo exacto con la mínima posibilidad de desperdicio. El alimento debe ser considerado un bien sagrado”, expresa Francisco Alonzo, gerente de ventas de Arrocera Los Corrales.
En Guatemala existen distintas iniciativas que buscan apoyar a los más necesitados, algunos en manera estructurada y otros que desde sus hogares y comunidades están al pendiente para apoyar.
Durante la pandemia también se han observado la ayuda de personas anónimas que han llevado alimentos y compartido con otros.
El hermano Lubin Restrepo, director del hogar Virgen de Guadalupe invita que pensemos en el prójimo y detengámonos a pensar el por qué estas personas están en situaciones difíciles como vivir en la calle o en drogadicción o alcoholismo, muchas veces por falta de un hogar estable y no han recibido oportunidades de amor a lo largo de su vida.
Apoyo a personas sin hogar
El hermano Lubin Restrepo es el director del Hogar Nuestra Señora de Guadalupe, parte de la Fraternidad de la Divina Providencia y ubicado en la 3a. avenida 7-40 de la zona 1 y explica que en este lugar durante más de 15 años ha compartido un plato de comida a personas sin hogar.
En general el hogar ha logrado este propósito a través del apoyo de bancos de alimentos, empresas y personas particulares. En promedio se atiende a cerca de 160 a 180 personas diarias, “durante la pandemia nos hemos dedicado con todas las medidas a diario”, dice el hermano. Las personas se acercan por un tiempo de comida, de lunes a viernes y un sábado, un desayuno almuerzo. En ocasiones también se les da servicio de ropa y de algunos medicamentos. Antes de las comidas se trabaja la parte espiritual. “Es una población vulnerable y que su único techo son los cartones y un poncho”, dice Restrepo.
La fraternidad también tiene otra casa en la zona 2 donde se atiende a personas de la tercera edad e indigentes, además de una casa de formación. Parte de la fraternidad se acerca a los mercados que dan apoyo con vegetales y fruta que hagan los almuerzos más saludables. Para donativos se puede depositar a la Asociación Fraternidad de la Divina Providencia, al BAC 70-410061-5, o al Banco Industrial al 004-002160-0,
Una iniciativa que crece
Juan Pablo Ruano, gerente de proyecto de Desarrollo en Movimiento explica que esto surgió en el 16 de octubre de 2017 del seno de la Cámara de Comercio Guatemalteco Americana, Amcham, en donde empresas buscaban apoyar a la nutrición.
Desarrollo en Movimiento se dedica a recolecta productos de primera necesidad y se tienen que ordenar, clasificar y empacar para ponerlo a disposición de personas e instituciones que lo puedan utilizar.
Ruano invita no solo a instituciones sino a todas las personas para que se unan a este movimiento. Se ha apoyado a cerca de 300 mil personas y durante la pandemia se han logrado casi un millón de alimentos y apoyar a 150 mil personas.
Actualmente se está organizando la primera colecta nacional de alimentos con el objetivo de alcanzar 25 mil platos de alimentos y dar a conocer el Día Mundial de la Alimentación que se celebra cada 16 de octubre. Se puede apoyar por la campaña a través de www.yomeuno.com o bien en www.desarrolloenmovimiento.org. Además se reciben productos en especie en empresas aliadas, el istado es posible verlo en la página del Movimiento. Al momento se tienen 78 organizaciones sin fines de lucro, iglesias y grupos sociales que tienen proyección social. La campaña ya está activa y estará hasta el 31 de octubre.
La cultura de no tirar
“Con regularidad en las tiendas se tienen productos que están en buen estado, pero las personas no lo llevan porque el empaque tiene algún golpe o daño “, explica Luis Arturo Ramírez, coordinador de asuntos corporativos en Walmart, una de las cadenas que trabaja junto a bancos de alimentos a nivel regional para donar productos.
Esto lleva a elegir aquellos que no están en condiciones de ser comercializado, pero sí consumidos y ahí es como se apoya a los bancos de alimentos para rescatarlos y evitar que se vaya al desecho. Se canaliza a través de ellos para que sea entregados a grupos vulnerables en la sociedad, explica Ramírez y que necesitan de ellos. También refiere a que esto no se hace únicamente con alimentos sino también con productos de limpieza o para el cuidado personal. Este proceso tiene tres años de ser parte de la nueva cultura de esta empresa.
“Al principio solo donábamos con cuatro tiendas y poco a poco se han ido involucrando más y actualmente 150 tiendas están donando, de los cuatro formatos Walmat, Paiz, Maxi Despensa y Despensa Familiar”, agrega Ramírez.
Todos los miembros de la empresa se involucran en una cultura para evitar desperdicios. (Foto Prensa Libre: Walmart)
La empresa trabaja con Desarrollo Movimiento desde hace tres años y una de los objetivos es apoyar esta causa para que más personas y entidades donen y así se fortalezca para que más sean beneficados. El coordinador comenta que el siguiente paso de los bancos es tener la capacidad de transporte de productos perecederos.
Aprovechar en casa y restaurantes
Ivonne García, nutricionista y coordinadora de la práctica clínica de la Universidad Rafael Landívar da algunos consejos para evitar desperdicios en casa.
- Procure organizarse al comprar, ordenar y almacenar. Una idea es crear un menú semanal o mensual.
- Al comprar en pequeñas cantidades se desperdicia menos. Los especialistas insisten en retomar la costumbre de las compras diarias o un par de veces a la semana.
- Guarde los alimentos de manera adecuada. Si necesitan estar refrigerados necesitan una temperatura entre 1 y 5 grados centígrados.
- Este atento a las fechas de caducidad y consuma los más próximos a vencer.
- Al comprar productos frescos no deseche aquellos que no están en perfectas condiciones. Consúmalos de inmediato y prepare mermeladas u otras recetas.
- Congele sus preparaciones para que duren más tiempo.
- Si tiene oportunidad compre con los productores.
- Al servir los platillos en casa colóquelos en el centro de la mesa para que cada uno se sirva. Así se evitará que las personas dejen residuos.
- Aproveche los alimentos que quedan para nuevas preparaciones.
- Si queda comida cuando sale a comer pídala para llevar para consumirlo después.
- Apoye a los bancos o redes de alimentos.
