Salud y Familia

Cómo enfrentar la presión de las expectativas sociales

Muchas expectativas están colocadas en base a lo que la mayoría desea y dependen de lo que ha sido importante dentro de una familia o de la sociedad.

Cómo enfrentar la presión de las expectativas sociales

Cumplir los deseos de otras personas y no los nuestros puede llevarnos a un vacío de autonomía donde surja la pregunta de quiénes somos y cuáles son nuestros propósitos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

La vida suele estar permeada por ideas y emociones que brotan de la forma en la que nos relacionamos con el mundo y que además conservan una dosis de autonomía que nos permite decidir.

De ese modo, reconocer y valorar tanto lo que sentimos como lo que pensamos se convierte en un ejercicio que nos libera frente al camino que decidimos trazar. Pero, ¿qué ocurre cuando esas ideas o emociones que nos acompañan son, realmente, producto de lo que otros piensan o sienten?

Para responderlo, podríamos remitirnos a indagar en las expectativas y en especial, aquellas que, enmascaradas, suelen esconder formas de manipulación por parte de otras personas.

Ante lo mencionado, cabe hablar sobre las expectativas, que de acuerdo con la psicóloga Nissely Herrera, son “todas esas ideas e imágenes que vamos acumulando y que se vuelven en asignaciones personales o sociales”.

No obstante, también resulta necesario hablar de dos tipos de expectativas que oscilan en nuestras vidas: aquellas que son personales o propias y las que vienen dadas por los demás.

La también especialista en salud mental Inés Zepeda explica que la diferencia entre las expectativas personales y las llamadas “impuestas” radica en cuanto a que las primeras surgen de una escala de valor significativa para cada persona y de lo que es relevante para sí misma. 

Cómo enfrentar la presión de las expectativas sociales
Las expectativas impuestas suelen venir de lugares cotidianos donde a veces se espera más de las personas de lo que pueden ser o dar. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Por otro lado, las expectativas impuestas pueden verse como obligaciones o cosas “que deberían hacerse porque sí”, y que además, no tienen mucho sentido para las personas que las “cumplen”.

Lejos de este escenario ambivalente, cabe señalar que las expectativas implican una actitud casi irrenunciable del ser humano. “Son todo aquello que esperamos de una situación o de otra persona. Es imposible vivir sin expectativas. Todos esperamos y deseamos algo. Pero esto no quiere decir que siempre se cumplan, apunta Inés Zepeda.

Cómo nos influyen las expectativas de los demás

Lidiar con expectativas impuestas puede convertirse en una situación compleja, ya que puede responder a un patrón difícil de escapar si este siempre estuvo presente en la historia de una persona. “Las expectativas asignadas llegan muchas veces como parte de la crianza. Estas llegan a convertirse en estructuras personales que rigen la vida, comparte Nissely Herrera.

Según dice la psicóloga, muchas veces las expectativas que tienen unas personas sobre otras pueden venir de factores como la moral, la cultura, la religión, la familia, la sociedad y la economía. 

Herrera explica que la manera en que estas dinámicas son detonadas en la vida de las personas puede verse en casos cuando, por ejemplo, la persona que intenta responder a la expectativa de otros, siempre está de acuerdo con ideas que no son suyas, o por otro lado, cuando sus opiniones no son del todo bien recibidas por la mayoría en un grupo.

Cómo enfrentar la presión de las expectativas sociales
Uno de los más grandes riesgos de las expectativas asignadas por otros tiene que ver con la manipulación a la que puede llevar. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“Muchas de esas expectativas están colocadas en base a lo que la mayoría desea. También dependen mucho de lo que ha sido importante dentro de una familia o de la sociedad en la que se vive. En varias ocasiones, estas imposiciones tienen que ver con relaciones, el ámbito profesional o el tener dinero”, comparte Inés Zepeda.

Nissely Herrera explica que suele ser común que muchas familias desde la afectividad y el amor sugieran o indiquen a los más jóvenes pautas para una vida favorable, sin embargo, aclara que estos vínculos pueden verse permeados por imposiciones implícitas.

“Las buenas intenciones pueden estar bañadas por una necesidad de controlar y manipular. Es algo que nos puede costar porque muchas veces, con la bandera del amor pasamos líneas que son muy invisibles. Es importante que podamos reconocer que la primer buena intención es el respeto por la autonomía y el respeto del otro, subraya la especialista en salud mental.

Ante la presión por las expectativas impuestas

¿Cuáles serían los efectos de atender lo que otros quieren y no tanto lo que nuestros pulsos indican? De acuerdo con Herrera, esto podría socavar la misión en la vida de cada persona. “Puede llevar a la desconexión de tu propósito, por la búsqueda de aprobación en búsqueda de listas infinitas de lo que se espera que hagas, pero que no necesariamente te llena, comparte la psicóloga.

Herrera explica que, al tratarse de conductas asignadas desde el hogar o de los espacios de socialización, las expectativas impuestas llevan a que las personas aprendan a ser complacientes y a no hablar de lo que les molesta.

“Es por estas razones que muchas veces encontramos adultos que tienen una vida frustrada en la que han estado a costa de otras personas y de vaciarse, comenta Herrera.

Cómo enfrentar la presión de las expectativas sociales
Es importante reconocer cuáles cosas son importantes y significativas para nuestra historia para así trazar nuestras propias expectativas o deseos. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

¿De qué manera pueden las personas darse cuenta que están tratando de llenar las expectativas de otras personas? De acuerdo con Inés Zepeda, para prever esta situación resulta importante sostener la atención alrededor de las emociones.

“Si vivimos con frustración, cansancio, enojo o disgusto, es muy probable estemos llenando una expectativa que no es la nuestra. Debemos reconocer si estamos logrando sentirnos plenos, felices, o con el deseo de seguir creciendo”, agrega Zepeda.

Nissely Herrera comparte que la escritura de los acontecimientos a través de listados de cosas que llaman la atención a propósito de las expectativas impuestas, puede ayudar a que nos demos cuenta de cómo va nuestro camino.

De igual manera, la psicóloga comenta que cada expectativa impuesta será más sostenible en medida que también pueda existir un acompañamiento terapéutico.

Aunque muchas veces reconocer y trabajar contra las expectativas puede implicar un proceso largo, Inés Zepeda recomienda que las personas estén atentas a lo que hacen por sí mismas o por las demás. “Es importante que tengan claro por qué lo hacen. Para encausar el camino propio es necesario saber qué hace feliz a cada persona, qué quiere lograr con esa acción y qué le hace sentido”, explica.

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