Antes que nada, explica la psicóloga y orientadora familiar Nissely Herrera, los niños deben comprender que Guatemala es un país con al menos 33 volcanes y que algunos son activos y pueden entrar en erupción en cualquier momento, como en este caso de emergencia. Es importante que ellos estén conscientes de la exposición en la que estamos, sin entrar en términos técnicos.
“Se les debe explicar que estamos en mayor grado de vulnerabilidad, por la zona sísmica y volcánica en la que vivimos, pero sin inculcar miedo”, indica el sociólogo Otto Rivera, especialista en educación infantil.
Rivera señala que hay medios que en lugar de mostrar solidaridad y conciencia, solo generan sensación de curiosidad y morbo con la información menos adecuada. “Hay que recordar que estos diarios no solo llegan a los adultos sino también a los niños”, dice.
“Somos los padres y maestros quienes debemos explicar qué está viviendo el país no solo desde la fenomenología natural, sino en el sentimiento de hermandad”, añade.
Si por alguna razón los pequeños ven en sus redes sociales fotografías de fallecidos, los padres deben pedirles tener respeto por ellos y sus familias y no compartirlas, recomienda Herrera.
También es esencial la empatía, al explicarles que hay personas, adultos y niños, que sufren en estos momentos.
Es muy posible que algunos menores se angustien, por lo que hay que preguntarles cómo se sienten o qué piensan, y tranquilizarlos al indicarles que están en un lugar seguro. Hay que dejar las vías de comunicación abiertas.
“Entiendo que estás preocupado, yo también me asusté; es muy triste lo que ha sucedido, pero estamos juntos”, es una de las frases que se pueden emplear.
Otros pequeños pueden sentir temor y miedo de que la lava llegue a sus casas y más aún si mamá y papá se van a trabajar. Hay que tranquilizarlos y decirles que se van a estar comunicando con ellos con frecuencia y explicarles que deben tener confianza. Por otro lado, indica Herrera, no hay que decirles frases como “qué bueno que no fuimos nosotros”, porque demuestra apatía e indiferencia hacia el prójimo, sino enfocarse en lo que se puede hacer para ayudar y aportar.
Ser solidarios desde la niñez
Es importante involucrar a los niños para hacer donaciones a los damnificados, al reunir comida, juguetes o ropa, pero siempre haciendo énfasis que hay que compartir lo que tenemos y no lo que nos sobra. No hay que olvidarse de la espiritualidad y enseñarles a orar por los fallecidos y por los damnificados. “Hay que aprender a enviar mensajes de amor”, añade.
También hay que tener preparado un plan preventivo en casa, y que los pequeños también participen en alistar el kit de supervivencia, que conozcan las salidas de emergencia y los puntos donde se reunirá la familia, en caso de alguna emergencia.
“Es importante hablar de nuestros sentimientos con los niños, siempre decirles la verdad y estar conscientes de hasta dónde podemos contar, pero hay que enfocarse en la solución, en este caso, apoyar con víveres o ropa. También hay que hablarles de la importancia de la precaución y respeto por la madre naturaleza”, concluye Herrera.
Contenido relacionado
>Aumenta cifra de fallecidos por erupción del Volcán de Fuego
>Comunidad queda soterrada por erupción volcánica
>Artículos que se necesitan en los albergues