“Entre los ciclistas de montaña son muy populares las cámaras de acción, que ahora también son utilizadas por los ciclistas de carretera o aquellos que solo realizan breves excursiones”, señala Arne Bischoff, del portal especializado alemán Pressedienst Fahrrad. “Estas se pueden montar en el casco, en el cuerpo o directamente en la bicicleta con abrazaderas y adaptadores”, explica el experto.
Las cámaras deportivas destacan por sus soportes e innumerables opciones de montaje, que incluyen también sistemas de soporte magnéticos. “Estos permiten colocar la cámara en cualquier parte del cuerpo, al estilo de James Bond”, explica Bischoff.
Si bien los teléfonos inteligentes normales también son adecuados para realizar grabaciones de vídeo, estos tienden a ser la segunda opción, a no ser que se trate de un dispositivo barato o de uno que haya sido descartado para el uso diario.
“Los teléfonos inteligentes son mucho menos robustos que las cámaras deportivas, son más caros y, en caso de avería, el coste de adquirir uno nuevo es mucho mayor, porque también intervienen aspectos como la transferencia de datos y la instalación”, acota Bischoff.
La situación es similar para los motociclistas. Maximilian Heller, de la revista especializada alemana Tourenfahrer, recomienda a quienes quieran tomar fotos especialmente atractivas con una cámara de acción prestar atención a la perspectiva: “En general, cuanto más baja se monte la cámara, más dinámicas serán las tomas”. Si se quiere contar una historia emocionante, no bastará con colocar la cámara en el casco y salir.
Las cámaras deportivas de buena calidad garantizan imágenes claras: “La estabilización de imagen es estándar en la mayoría de los modelos”, explica Bischoff. Los nuevos modelos también suelen ofrecer resoluciones 4K y permiten efectos extremos de cámara lenta.
También hay cámaras de acción que utilizan varias lentes para ofrecer panorámicas de 360 grados. Sin embargo, en la mayoría de los modelos no es posible ajustar en las fotografías la nitidez.
Los drones son otra opción para compartir una salida en bicicleta en forma de película. Las tomas aéreas ofrecen una perspectiva muy impresionante, sobre todo porque el conductor también aparece en la película, explica Maximilian Heller.
Actualmente, existen drones en formato de lata de bebida que proporcionan una calidad de imagen sorprendente. Sin embargo, existen importantes restricciones en el uso de estos cuadricópteros, ya que no está permitido hacerlos volar en cualquier lugar y, en algunos casos, se exige una licencia.
En el caso de las “dashcams”, por ejemplo, los ciclistas y motociclistas se mueven en una suerte de zona gris en lo legal: “En principio, está permitido instalar una dashcam en una bicicleta o una moto. La filmación tampoco es problemática siempre que la grabación se destine a un uso privado”, explica la abogada alemana Daniela Mielchen.
En general, las dashcams solo pueden utilizarse en espacios públicos por razones específicas. Para publicar un vídeo en una plataforma se necesita el consentimiento de las personas que aparecen en la grabación. “La alternativa es pixelar el rostro de estas personas, ya que, de lo contrario, se vulnera el derecho a la autodeterminación informativa y a la propia imagen, lo que puede ser castigado con una multa”, advierte Mielchen.
Cuando el ciclista o motociclista se detiene brevemente para hacer una foto panorámica de los alrededores, también debe tener cuidado de no infringir los derechos de las personas que aparecen casualmente en la foto. “Un jardín rodeado por un seto, por ejemplo, es un espacio privado protegido”, explica Mielchen.
Maximilian Heller, de la revista especializada alemana Tourenfahrer, aconseja a aquellos que quieran compartir su salida en forma de película una planificación adecuada: “Una buena película requiere una buena historia. La narración constituye aproximadamente la mitad del contenido”.
Según Heller, es importante tener una idea, un hilo conductor que sirva de orientación. En algún momento, la décima puesta de sol termina aburriendo, por lo que se recomienda tener un concepto y decidir si se trata más bien de describir las propias experiencias o de hacer un retrato del país y su gente.
“Ambos requieren enfoques fundamentalmente diferentes”, asevera Heller. En el primer caso, se trata de ponerse en primer plano; en el segundo, se necesita más información de fondo y características específicas del país y del paisaje.
Una vez transferidos los ficheros de la cámara al ordenador, se procederá a editar el material grabado quitando y acortando secciones, o bien añadiendo música y efectos.