A criterio de la experta, los padres necesitan entender que durante la adolescencia, que comienza entre los 12 o 14 años y se puede extender hasta los 21, los hijos buscan su identidad al tiempo que experimentan cambios físicos, emocionales y hormonales. “Ese es el principal motivo por el que se complica comunicarse con jóvenes en esa etapa de su vida”, dijo Biba.
Todo tiene solución
Los conflictos más comunes entre padres e hijos surgen a causa del desempeño académico de los adolescentes. “Si vemos que ellos fallan en el aspecto educativo, lo más probable es que esto ocurra porque sus intereses se están ampliando”, comentó la invitada.
Los padres deben negociar las reglas que van a implementar para corregir la situación. “Por ejemplo, los padres, además de establecer una rutina de estudio, pueden recompensar con actividades extracurriculares, el cumplimiento de las tareas asignadas”, recomendó Biba.
Otro tema que puede causar conflicto es el despertar sexual de los adolescentes. “A esa edad también hay una explosión hormonal, por lo que papá y mamá deben abstenerse de calificar como malo o morboso el hecho de que nuestros hijos se fijen en alguien más”, explicó Biba.
Si los jóvenes se muestran pasionales o intensos en cuanto a su futura vida amorosa, los adultos tienen que indagar y conocer cuáles sus expectativas, para luego orientarlos con responsabilidad.
Recomendaciones
- Los padres deben tener empatía con sus hijos, es decir, los adultos tienen que ponerse en los zapatos de los adolescentes.
- Los progenitores no deben minimizar ningún problema que los jóvenes exterioricen.
- Es importante mostrar interés en los aspectos que son importantes para los adolescentes.
- Evitar preguntas generales, pues estas dan margen a que respondan con un “sí” o “no”. Lo mejor es consultarles detalles específicos de su rutina diaria.
Ayuda profesional
- Si la relación entre padres e hijos adolescentes no mejora y empieza a desgastarse, lo mejor es buscar ayuda profesional.
- Es necesario comenzar terapia familiar si en el hogar se pierde el respeto y los conflictos son diarios.
- Otra señal de alerta aparece cuando el adolescente evita hablar y prefiere estar a solas o encerrado en su cuarto.
- Se debe buscar ayuda inmediata si aparecen indicios de trastornos alimenticios —anorexia o bulimia— y problemas con sustancias tóxicas.
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En las redes
La audiencia de Prensa Libre hizo varias consultas.
¿Los padres pueden convertirse en amigos de sus hijos?
Los hijos adolescentes necesitan la figura de un padre y una madre. Nosotros tenemos que convertirnos en padres que eduquen, corrijan, enseñen disciplina y establezcan reglas claras, todo esto con amor. No se debe caer en ninguno de los dos extremos: hay que evitar ser estrictos e inflexibles, pero tampoco podemos tratarlos como si interactuamos con nuestros amigos. Tenemos que lograr que ellos nos vean como una autoridad positiva.
¿Cómo lograr que los adolescentes no vean la espiritualidad como innecesario?
Lo importante es que los padres sean congruentes con lo que piden. Si nosotros les decimos a nuestros hijos que fomenten su espiritualidad, nosotros también tenemos que fortalecer esa conexión con un ser supremo. Papá y mamá deben ser un ejemplo a seguir.
¿Qué hacer cuando quieren comportarse como adultos, como salir solos o tener pareja?
Los padres tienen que recordarles que hay una etapa para todo y no deben adelantarse a estas. Solo así evitaremos que los adolescentes se adelanten a la vida sexual, por ejemplo.
¿Los padres pueden prevenir que sus hijos se conviertan en adolescentes agresivos?
Lo más importante en el cuidado de los hijos es la prevención. Los adultos deben conocer cuáles son las conductas conflictivas de los más pequeños, con el objetivo de buscar ayuda en el momento indicado. Solo así evitaremos que la agresividad se haga presente en la adolescencia.
¿Cómo hacer para que los jóvenes no utilicen la tecnología para abstraerse del mundo?
Es un error quitarles los dispositivos móviles, pero sí se puede establecer la regla de que los celulares no se utilizan cuando la familia está en la
mesa.