Un estudio realizado por las universidades británicas de Plymouth y Exeter y el Acuario Marino Nacional, publicado por la revista Environment & Behavior en 2015, determinó que enfocar la atención en una pecera genera una reducción notable de la tensión arterial o la frecuencia cardiaca.
Los expertos analizaron las respuestas físicas y mentales de quienes veían peceras con diferentes cantidades de peces y una de las conclusiones fue que observar un acuario no solo reduce la tensión o el ritmo cardiaco, sino que un mayor número de peces ayuda a mantener la atención de las personas durante más tiempo y mejora su estado de ánimo. “Las peceras y pantallas se suelen asociar con un intento de calmar a los pacientes en las salas de espera de los médicos y dentistas”, indicó Deborah Cracknell, directora del estudio.
Cuando vemos el agua y los movimientos de los peces, así como de las plantas y la decoración, la mente entra en un estado relajado e hipnótico, por lo que se procesan diferente los pensamientos, aumenta la creatividad y el bienestar. De acuerdo con el psicólogo Álvaro Rivera hay varios estudios que establecen la relación entre el sonido del agua y la meditación, ya que escuchar, por ejemplo, el sonido de las olas del mar puede generar un estado meditativo consciente.
“Los beneficios del mar son impresionantes, pero si nos enfocamos solo en el agua también hay numerosos favores, ya que observar su movimiento hace que la mente se relaje, lo que contribuye a disminuir el estrés y ansiedad, lo cual también se refleja en mejores patrones de sueño. Ver a los seres vivos disfrutar de ella también nos da una sensación de bienestar”, dice el profesional.
En el libro Blue Mind, el biólogo marino Wallace J. Nichols explica los motivos por los que ver el agua, ya sea de cerca o de lejos, genera muchos beneficios a la salud, entre ellos la reducción de estrés y ansiedad, el aumento de la felicidad y tranquilidad. A estas ganancias las llama “el efecto de la mente azul”.
Una de sus justificaciones es que nuestro cuerpo está formado por casi un 70 por ciento de agua, por lo que la vista o el sonido del agua desencadena neuroquímicos relajantes, incluso, solo ver imágenes de agua nos hace sentir más tranquilos. “Entonces, tener acuarios en casa es tener una pequeña porción de vida marina en nuestra casa. Además de ver agua, en ella disfrutamos de seres vivos que nos asombran y distraen”, enfatiza Rivera.
Peces ornamentales
Muchas personas tienen peces en sus hogares debido a que son mascotas fáciles de cuidar y de alimentar, incluso, llegan a tener una relación cercana con estos seres vivos. Además, un acuario también cumple una función decorativa, los colores de los peces y los otros elementos de la pecera roban la atención, por lo que se recomienda colocarlo en un ambiente en el que pueda ser observado por todos los habitantes de la casa.
Aunque vemos los acuarios con todas las medidas para que los seres vivos tengan calidad de vida, esta practica de “domesticación” de peces se lleva a cabo desde muchos años atrás. El texto La acuariofilia de especies ornamentales marinas: un mercado de retos y oportunidades, realizado por personal del Laboratorio de Investigación de Recursos Acuáticos, Instituto Tecnológico de Boca del Río en México, indica que los primeros en desarrollar la crianza de peces fueron los egipcios, por motivos místicos y ornamentales; mientras que los chinos, durante la Dinastía Sung, perfeccionaron el cultivo de peces dorados y carpas, siendo la primera nación en realizar exportaciones de peces de ornato a Japón en el año 1500. En el siglo XVII la afición de peces de ornato se popularizó en Europa y un siglo después en América.
Entre las motivaciones para tener una pecera en casa es que estos animales no requieren de muchos cuidados, ya que, por ejemplo, no ensucian otro lugar más que el acuario; tampoco necesitan un espacio demasiado grande. El tamaño correcto del acuario se mide por litros y la mejor fórmula para calcular la dimensión es con la fórmula del centímetro de pez por litro de agua, comenta el veterinario Eduardo Jiménez. Tampoco requieren demasiado tiempo, como los perros y gatos que demandan algunas horas al día para jugar; en caso de que se vaya de viaje solo debe dar mantenimiento al agua previo a irse y dejarles comida.
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Los peces también son considerados animales de compañía, aunque muy diferente a los perros y gatos. Con estos se debe normalizar el cuidado del acuario y el movimiento de los animales, para generar un vínculo con ellos. Los peces también son divertidos, curiosos, independientes y pueden enseñar acerca de la vida marina.
Cómo tener una pecera en casa
Cuando se habla de tener un pez en casa se trata de tener todas las herramientas para darle calidad de vida, ya que son seres vivos a nuestro cargo que requieren de cuidado, que conozcamos sus necesidades y que su hábitat esté en las mejores condiciones. Previo a decidir tener un acuario en su hogar hay algunos aspectos a considerar.
¿Qué peces elegir?
De acuerdo con Ingrid Cruz, de Acuario zona 1, lo que determinará cómo será la pecera para su hogar será el pez que se desee tener, ya que cada especie tiene sus propias demandas, es decir, la temperatura del agua, el tipo de comida, el filtro de oxígeno y la decoración. Por ello, lo recomendable es que se avoque a un profesional para conocer las necesidades de la nueva mascota.
En términos generales puede elegir entre peces de agua fría o de agua caliente. Los primeros suelen ser menos coloridos y de movimientos lentos; mientras que los segundos son más vistosos por sus colores y más animados. Un aspecto importante para considerar es que si elige más de una especie estas deben coexistir y no pelear por el territorio.
Seleccionar la pecera
Para muchas personas lo que predispone el tipo de peces que tendrán es la pecera. Más allá de su estética, lo importante es su capacidad, ya que así se decidirá cuántos peces puede tener, la decoración y el filtro de oxígeno.
Para quienes inician con un acuario, el tamaño ideal es de entre 45 y 60 litros, así se podrá tener una buena cantidad de peces. Recuerde que se necesita un litro de agua por cada centímetro de pez que la habite.
Paralelo a la dimensión asegúrese de saber exactamente en dónde la colocará. Es importante que haya un tomacorriente cerca para enchufar el filtro y la iluminación; además, que esté alejado de las corrientes de aire o fuentes de calor; y que en la habitación haya luz natural, si se colocan plantas naturales.
Filtros
El filtro es el que mantendrá limpia el agua. Hay diferentes tipos: internos, externos y de cascada. El mejor dependerá del tamaño de su pecera. Por ejemplo, los internos son ideales para acuarios de 10 a 80 litros; los externos para peceras de entre 50 y mil litros; el de cascada para entre 20 y 150 litros.
Respecto a la iluminación, si los peces son de agua dulce se utilizan luces fluorescentes o de LED de 0.4 w/litro; mientras que en agua salada 0.6 w/litro.
Decoración
Con el fondo de la pecera podrá ser creativo. Recuerde que, si está en un lugar vistoso de la casa, llamará la atención de sus visitantes. En el fondo podrá colocar piedras de colores y los demás elementos, como piedras grandes y plantas, deberá elegirlos para el beneficio de los animales ya que estos requieren de zonas para esconderse.
Eduardo Jiménez, veterinario, enfatiza en que el hábitat de su nueva mascota deberá estar listo antes de que llegue a casa, ya que el agua debe ser tratada con anticloro y el sistema de filtrado e iluminación deben funcionar a la perfección.