Si el paciente afectado entra entonces en contacto con los alérgenos, no solo experimenta los síntomas típicos de la alergia, como moqueo y picor de ojos, tos y molestias en los oídos, la garganta, la faringe y el paladar, sino que también los bronquios de los pulmones se contraen de forma espasmódica, lo que puede provocar tos asmática y falta de aire. Asimismo, es factible que se produzcan ataques de asma potencialmente mortales, según explica el profesor Christian Taube, de la Fundación Alemana del Pulmón.
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Este médico recomienda por ello que quien sufra estas reacciones alérgicas, aparentemente inofensivas, concurra a un especialista en alergias y medicina pulmonar, dado que una terapia inmunológica puede ayudar a reducir gradualmente la alergia, e impedir de esta manera el eventual desarrollo del asma bronquial.
Según detalla la Fundación Alemana del Pulmón, la mayoría de los afectados por el asma bronquial deben tomar medicamentos a largo plazo o de manera permanente.
Pero estos medicamentos no solo alivian los síntomas respiratorios asmáticos, sino que también combaten las alergias como desencadenantes de procesos inflamatorios en las vías respiratorias superiores e inferiores, señala el profesor Taube.