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Es difícil lograr un equilibrio en la conversación cuando se siente abrumado, infeliz y exhausto. “Algunas personas podrían estar batallando para tener conversaciones positivas porque el mundo es oscuro”, afirmó Alison Wood Brooks, profesora adjunta de Administración de Empresas en la Escuela de Negocios de Harvard. “Otras personas enfrentan una fatiga conversacional mientras tratan de gestionar sus hogares abarrotados. Aunque existen otros que desearían poder sostener más conversaciones ya que combaten una profunda soledad”.
Aunque en este momento hay muchos aspectos que no podemos controlar, cuando se trata de las conversaciones, hay cosas que sí. Podemos elegir temas que hemos leído o escuchado para poder incluirlos. También controlamos la atención que le ponemos a la conversación, escuchar con detenimiento y hacer preguntas posteriores.
También podemos elegir con quién nos comunicamos. “Trate de hablar con personas que le hacen sentir alegre”, comentó Brooks. “Piense en cómo se siente durante las conversaciones y después de ellas”. Si hay alguien que constantemente apaga su ánimo, “tal vez sea mejor interactuar con alguien más”.
También somos responsables de nuestra actitud en esta situación. Podemos hacer bromas y tonterías. Las investigaciones sugieren que el humor es un mecanismo excelente para salir adelante, que ayuda a distraernos y sanar de las noticias negativas. Así que, como Brooks señaló, trate de hacer reír a las personas. ¡Y no olvide reír usted también!
Con estos principios básicos en mente, a continuación, le mostramos cómo hacer que sus conversaciones telefónicas o por chat sean interesantes cuando la vida empieza a ser monótona:
Prepárese un poco
Anotar de uno a tres temas antes del inicio de la conversación reduce la ansiedad durante esta y aumenta el disfrute de la interacción. Incluso el solo hecho de pensar en una o dos ideas en los 20 segundos previos a la conversación parece ser de ayuda.
Una conversación equilibrada
Debe haber un estira y afloja. Evite atraer la atención constantemente, lo cual es un hábito que mucha gente tiene y no se da cuenta. Esta tendencia molesta a los interlocutores, quienes entonces terminan la conversación sintiéndose cansados, como si no se hubiera interesado en ellos.
El día a día
A Sherry Turkle le gusta que la gente le pregunte qué ha hecho. La autora de Recuperando la conversación: El poder de hablar en una era digital quiere hablar de todo lo que hace para adaptarse a esta nueva normalidad. Afirmó que adentrarse en el meollo de las vidas es la mejor conversación. Es “infinitamente interesante”.
También es importante ser sensibles. Si tu amigo parece dispuesto a hablar sobre cómo será el mundo una vez que se levanten las restricciones, atiende la señal.
Que lo aburrido sea emocionante
Maravíllese con lo absurdo de la vida diaria. A R. Eric Thomas, editor sénior de Elle.com, le encanta escuchar de los temas más banales cuando se conecta a hablar con su familia y sus amistades. “Le sorprendería cuánto me interesa escuchar lo que mis amigos le ponen a su pan en la cuarentena”, dijo. “Hable más de su vida y menos acerca de la incertidumbre del futuro”.
Inicie la conversación con el pie derecho
Cuando las personas le preguntan a Debra Fine, autora de El arte de la conversación trivial, cómo le va, ella da una respuesta alegre pero real: “¡Todavía no me reinvento!”, o, “Me falta un episodio de Ozark. No puedo esperar”. “Eso les da a las personas un tema o una trivialidad para seguir con la conversación”, afirmó.
Fine también comienza las conversaciones diciendo cosas como: ¿Qué haces para entretenerte? ¿Cuál es tu conjunto favorito en la cuarentena? Háblame de lo mejor que has comido.
Leer, ver o hacer
Thomas ha logrado que la gente se anime a conversar cuando habla de la cultura pop: libros, programas de TV, películas y música. A las personas también les gusta instalarse en la nostalgia. “Estamos rodeados de un mundo de cosas que nos ponen de buen humor y, en ocasiones, revisitarlas es un respiro,” dijo. También puede hablar de las historias más bobas de su mascota.
Sea sincero
Si no se siente capaz de mantener una conversación, puede decírselo a la otra persona. En ocasiones, dijo Thomas, está bien solo estar presente y no involucrarse. O, se vale decir: “Se me dificulta encontrar algo positivo en este momento”. De hecho, afirmó, “también podría hacer que su interlocutor se sienta libre de ser sincero acerca de cómo se siente”.
Evite tratar de superar a la otra persona
Sí, la situación es difícil para ambos y podría sentir que se compadece —¡Te entiendo! ¡La vida también es difícil para mí!—, pero eso hace que la otra persona se sienta desestimada.
En lugar de eso, dijo Fine, debemos escuchar y ofrecer respuestas empáticas. Algo como: “Eso sí que suena agotador”, “Me imagino por lo que estás pasando”.