Pero, ¿qué pasa cuando esta relación sentimental cambia para alguno de los dos? Cuando el cariño que los unía ya no es el mismo. Entonces, es mejor ser sincero con uno mismo y con la pareja y replantearse la situación, antes de que se vuelva una obligación, o aún peor, que la persona que ya no tiene esos sentimientos hacia la pareja descubra a otra persona que los despierte en él o en ella y entonces la relación caiga en un clima de engaño, traición y hostilidad.
Toda ruptura conlleva una carga de dolor, principalmente si la otra persona todavía alberga sentimientos de afecto hacia su pareja. Pero es mejor ser honesto y conversarlo con la otra persona, antes de lastimarse más mutuamente. Hablando con respeto y cariño, por lo que alguna vez los unió.
Para esto, lo mejor es entablar un diálogo en donde se exponga esta nueva situación y el por qué se dio, sin caer en mutuos reclamos y culpabilidades. Hablarlo claramente tratando, en la medida de lo posible, de hacerlo con el menor de los resentimientos ni rodeos, pues, como dicen: “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional”. Con todo esto, quizá los daños sean menores. Y se creará un punto de partida en donde ambos puedan proseguir con sus vidas, en un clima de respeto y aprecio.
¿Qué otra pregunta le gustaría hacerle a un psicólogo? Coméntenos y especialistas del departamento de psicología de la Universidad Rafael Landívar responderán sus dudas, puede hacerlo de manera anónima a nuestro correo electrónico buenavida@prensalibre.com.gt
Para más consejos y recursos de relevancia para su salud mental y más, visite el blog: Landívar en casa: https://landivarencasa.url.edu.gt/
*Docente del Departamento de Psicología de la Facultad de Humanidades, Universidad Rafael Landívar.