Cuando hay problemas, estos pueden manifestarse de muy diversas formas.
Por ejemplo, cansancio o nerviosismo, apatía o arritmia cardíaca. Aunque prácticamente nadie piense en un primer momento, ante estos síntomas, que la responsable podría ser la tiroides.
Sin embargo, todas estas manifestaciones en el cuerpo también pueden tener que ver con un mal funcionamiento de esta glándula.
Dado que el abanico de posibles síntomas es tan amplio, frecuentemente no se tienen en cuenta en un principio las enfermedades tiroideas y se las pasa por alto, como explica la Asociación Profesional de Medicina Nuclear Alemana. El “típico” síntoma principal “desgraciadamente no existe”.
El hipotiroidismo -o sea, cuando la glándula produce demasiado pocas hormonas- puede manifestarse según la asociación por ejemplo en fatiga, aumento de peso, depresiones y apatía, así como una disminución del rendimiento intelectual.
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Por el contrario, pérdidas inexplicables de peso, nerviosismo, perturbaciones en el sueño y en el ritmo cardíaco pueden ser posibles señales de hipertiroidismo.
La dificultad para tragar, la ronquera persistente o el engrosamiento de la garganta también puede estar relacionado con la glándula tiroidea.
El consejo es por lo tanto el siguiente: en caso de dudas, mejor aclararlo con profesionales médicos, para determinar si el pequeño órgano puede ser el causante de este tipo de síntomas.
Las enfermedades tiroideas se incrementan con el aumento de la edad, según indica la asociación, a la vez que detalla que las mujeres se ven más frecuentemente afectadas que los hombres.