Su trabajo aparece en el Journal of the American Medical Association, Pediatrics. “Las diversas causas del autismo aún son inciertas, pero algunos estudios han demostrado que el genético y el ambiental pueden ser factores de riesgo”, explica la profesora Anick Bérard, de la Universidad de Montreal y del Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine, principal responsable del estudio.
“Nuestra investigación permitió establecer que el hecho de tomar antidepresivos, sobre todo aquellos que actúan sobre la serotonina (un neurotransmisor) durante el segundo y el tercer trimestre del embarazo, casi duplica el riesgo de autismo entre los niños”, agregó.
La doctora Bérard y su equipo hicieron un seguimiento de 145 mil 456 niños desde su concepción hasta lo 10 años de edad, así como del consumo de antidepresivos por sus madres durante el embarazo. También contemplaron otro conjunto de factores que podrían contribuir al autismo.
Algunas personas con antecedentes familiares tienen una predisposición genética a esa enfermedad. La edad de la madre y la depresión también pueden estar vinculadas a la aparición del autismo, así como algunos factores socioeconómicos como la pobreza.
En la investigación se diagnosticaron mil 54 niños con autismo a una edad media de 4.5 años, es decir 0.72 por ciento de la muestra estudiada.
La incidencia del autismo entre los niños aumentó: pasó de 4 por cada 10 mil niños en 1966 a 100 por cada 10 mil en la actualidad.