Si uno tiene que aprender cosas nuevas o afrontar el desafío de resolver planteos complejos, debería apagar la música. Al menos eso recomienda la revista alemana “Padres” basándose en un estudio de Nick Perham de la Universidad Cardiff Metropolitan.
Pero atención: el psicólogo recomienda escuchar música antes de comenzar a hacer tareas porque asegura que es más fácil concentrarse cuando uno está de buen humor.
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La situación es muy distinta, en cambio, cuando alguien tiene que liquidar asuntos que requieren de tiempo pero poco razonamiento, ya sea pintar un dibujo o poner al día la carpeta de Geografía o Ciencias. En esos casos, la música incluso puede ayudar a hacer todo a un buen ritmo.
Al parecer, el género ideal para estas tareas es el clásico o el instrumental, mientras que las canciones con letra suelen distraer, porque uno intenta inconscientemente entender qué dicen. Lo mismo sucede con las publicidades en la radio.
Algunas playlists ofrecen compilados si uno pone “aprender” o “estudiar” en el buscador. En esas listas se supone que la música tiene la velocidad óptima de entre 56 y 64 pulsos (beats) por minuto y está, de ese modo, a ritmo con la frecuencia cardiaca.