Para comenzar es importante definir el perfil de una persona que ha caído en el trabajo a niveles exagerados, además de influir en su vida sentimental es probable que también tenga trastornados sus horarios de sueño o que no se alimente en sus horarios recomendados.
Por lo regular, estas personas hablan rápido, comen a gran velocidad y tienen una cantidad exagerada de responsabilidades.
“Con ello no queremos decir que trabajar esté mal, pero cuando es el único sentido de la vida, sí que hay que sentarse a explorar qué es lo que sucede”, dice Paulina Samayoa, psicóloga clínica y logoterapeuta, coordinadora de área de psicología, del Centro landivariano de salud integral, Pedro Arrupe S. J.
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La especialista reflexiona en que estamos viviendo en una época en donde trabajar es parte de la vida y para todas las personas tener una ocupación les permite sentirse útiles al darle sentido a su vida. El problema es cuando esta es su única motivación, ahí invierte toda su energía y se deja de funcionar en otras áreas que son relevantes para llevar una vida en armonía.
En este punto es importante plantearse por qué el trabajo llegó a ese punto de ser la única prioridad, si es por metas personales o por qué se está evadiendo y evitando algo más.
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Ana Rocío Escobar de Gordillo, con maestría y doctorado en terapia familiar y de pareja, y directora del departamento de psicología Universidad Rafael Landívar, explica que esta situación sucede actualmente tanto en hombres y mujeres que trabajan dentro y fuera de casa.
Al respecto explica que algunas personas tienen una adicción al trabajo y están obsesionados con ello y podría ser un aspecto biológico que despierta adrenalina y se convierte en un estimulante interior a nivel de neurotransmisores. “Se podría representar como una necesidad compulsiva en la búsqueda de aprobación de los demás o porque la persona ha interiorizado que es la única manera en que se representa su valor propio y vale por lo que produce”, dice Escobar.
Recuperar los propósitos
Además de los rompimientos y separaciones en pareja, la persona también se arriesga incluso a caer en el temible síndrome burnout, es decir cuando la persona esta agotada y fundida por el exceso de trabajo. Esto lleva a niveles de sentirse agotado y deprimido.
Lea más: Síndrome burnout: cómo saber si el trabajo está a punto de dejarte “fundido”
Una persona trabajadora con balance sano sabe ponerle a un límite a su trabajo y priorizar, así como delegar. Cada una ellas son acciones para tener un tiempo personal y compartir con su pareja, familia y amigos.
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Se debe comprender que existen etapas en la que la persona tiene una exigencias mayores -laborales- y necesita responder a su vida profesional, pero estos momentos deben ser eventuales y no la constante, agregan los profesionales.
Cuando la persona se hace consciente de esta realidad puede trabajar en ello, organizando mejor su vida y prestando atención a cada una de sus metas personales que incluyen cuidado físico, emocional y de compartir con los suyos.
Cuando siente que se le dificulta y no logra romper el círculo, una solución es buscar ayuda psicológica para recibir la mejor orientación.
Aquí una breve guía de cuestiones a trabajar en el rescate de la vida personal:
- Plantear las metas personales.
- Cuidar la alimentación y las horas de sueño.
- Buscar pasatiempos, cuestiones que llenen el amor propio y realizaciones propias.
- Enfocarse en respetar un horario de trabajo.
- Delegar.
- Aprender a decir no.
- Hacer citas con los suyos, que tengan el mismo nivel de importancia que los otros roles de vida.
Hablarle a la pareja
Escobar expresa que esta situación podría disminuir la intimidad y confianza porque el trabajo está tomando el lugar que pertenece a la pareja, y a los hijos, si hubiera.
Este podría ser un tema complicado. Los especialistas recomiendan mantener la calma, buscar el momento apropiado, no acusarle y por el contrario expresarle la manera de sentir personal, agrega Samayoa.
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En general se recomienda reconocer por qué es importante el trabajo del otro, mostrar la preocupación sobre la salud del otro y los retos que esto implica para la relación. Es necesario darle un tiempo al otro para procesar lo que escuchó. Así podrían buscarse soluciones o espacios para retomar las cosas, por el contrario, al llegar de forma agresiva, la otra persona únicamente podría responder a la defensiva.
Las especialistas entrevistadas también hacen énfasis en la prevención al estar conscientes del flujo personal de vida y de buscar los espacios de conexión personal de crecimiento, cuidados propios, así como el crear momentos especiales que fortalezcan la relación en pareja.
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