Salud y Familia

Dietas de moda: ¿cúales son y qué riesgos implican?

¿Es recomendable una dieta en la que no se come nada más que carne? ¿Será buena idea eliminar el azúcar, los lácteos y cereales?

Controlar el consumo de alimentos y bebidas con la intención de perder, aumentar o mantener el peso es una práctica común, pero es importante que tenga el respaldo de un profesional para tomar decisiones respecto a su alimentación. (Foto Prensa Libre: Servicios)

Controlar el consumo de alimentos y bebidas con la intención de perder, aumentar o mantener el peso es una práctica común, pero es importante que tenga el respaldo de un profesional para tomar decisiones respecto a su alimentación. (Foto Prensa Libre: Servicios)

El peso y las tallas ocupan una posición alta en el interés de la mayoría de personas. En respuesta a ello, han surgido una serie de dietas que prometen resultados específicos, promovidas a través de redes sociales y otros canales de comunicación. Unas consiguen mayor interés que otras, y por consiguiente personas que las ponen en práctica. Pero, ¿realmente son sanas? Aquí le contamos sobre cuatro de las dietas que han despertado mucho interés y las implicaciones que conllevan.

1. Dieta paleo

Acorde a información de la clínica Mayo, una dieta paleo es un plan de alimentación que se basa en alimentos similares a los que se habrían comido en el Paleolítico, que data de hace aproximadamente 2,5 millones a 10.000 años.

En esta dieta, en la que se busca regresar a la alimentación que tuvieron los primeros humanos, se incluyen alimentos como carne de res magra, frutas, vegetales, pescado y semillas. Los alimentos procesados y que incluyen azúcar refinada, lácteos, almidones y cereales como el trigo y la avena no forman parte de los alimentos incluidos en estilo de vida.

Según la nutricionista Adriana González, algunos de los beneficios esta dieta son conseguir que los niveles de azúcar en sangre sean los adecuados, control de peso y la reducción de triglicéridos. Sin embargo, poner en práctica esta dieta también puede generar consecuencias. Al igual que González, muchos profesionales coinciden en que la dieta paleo, con el alto nivel de consumo de proteína que propone, puede ser un riesgo para los riñones, al obligarlos a trabajar más.  Además, al eliminar el consumo de alimentos como carbohidratos, muchas personas experimentan fatiga e irritabilidad.

De momento no hay estudios que revelen a totalidad los beneficios o los riesgos de esta dieta.

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2. Dieta cetogénica 

También conocida como keto, esta dieta tiene su origen en las cetonas, las cuales se producen cuando se comen pocos carbohidratos y únicamente cantidades moderadas de proteína. La nutricionista Estefani Paola Ajuchán señala que el objetivo de esta dieta es producir una cetosis en el cuerpo, lo que produce cetonas, que es una fuente alternativa de energías.

La reducción de azúcar en el cuerpo y la pérdida de peso son algunos de los beneficios de la dieta keto, razones por las cuales ya cuenta con miles de adeptos alrededor del mundo. Sin embargo, entre los riesgos de llevar una dieta cetogénica está la posibilidad de tener trastornos metabólicos.

3. Únicamente consumir carne

Sus proteínas, minerales y vitaminas, así como el hecho de que satisface el hambre por mucho más tiempo que otros alimentos, son algunos de los beneficios del consumo de carne más conocidos.

Hay personas que han llevado el consumo de carne a otro nivel, al punto de comer únicamente eso. No obstante, consumir únicamente carne puede generar un impacto negativo en la salud de quien decide hacerlo porque aunque sí tiene propiedades, la carne no provee todos los nutrientes necesarios para el cuerpo humano, como las vitaminas C y E. Además tampoco contiene fibra, la cual es esencial para la digestión.

Finalmente es importante resaltar que además de afectar el colesterol, de acuerdo con la Organización Mundial de Salud, hay una conexión entre comer mucha carne roja y el cáncer.

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4. Dieta circadiana

Durante el día los ritmos biológicos varían de un momento a otro y es por ello que el organismo consume los diferentes niveles de energía que obtiene de los alimentos en momentos determinados.

A partir de esa idea, la base de la dieta circadiana consiste en distribuir los tipos de alimentos en las diferentes comidas.

En esta dieta, huevos, leche, yogur, proteína de soya y otros productos que contengan proteínas son los ideales para el desayuno. Asimismo recomienda el consumo de proteínas en el almuerzo, combinadas con carbohidratos. Pescado, huevos, carnes rojas y frijoles son algunos de los alimentos que consideran aptos para dicha comida.

Finalmente, para la cena, en este caso se recomiendan los vegetales y frutas. Esto porque acorde a la dieta, es mejor consumir minerales, azúcares naturales y fibra, y no más grasa de la que se ha ingerido durante le día.

Según Rubén Bravo, de IMEO, esta dieta es bastante limitada porque los alimentos seleccionados para cada ciclo no se pueden consumir en otras fases, cuando en realidad no deberían estar realmente prohibidos.

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Finalmente, recuerde que es importante consultar con un experto al momento de tomar una decisión respecto a una dieta. Puede que luzca prometedora y que muchas personas hayan conseguido un buen resultado, pero cada cuerpo es diferente y aunque restringir ciertos alimentos o concentrarse en el consumo de algunos puede tener resultados efectivos, también podría afectar su salud.

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