Lea más
Después de grandes crisis como los terremotos de Atenas en 1981 y Los Ángeles en 1994 aumentaron entre dos y cinco veces las muertes por problemas cardíacos y después de atentados de las Torres Gemelas en el 2001, se aumentó el uso de desfibriladores cardíacos, es decir aparatos utilizados para establecer la actividad cardíaca.
El Hospital Universitario Ramón y Cajal, Instituto de Investigación IRYCIS y la Universidad de Alcalá de Henares, en 2016 presentaron una investigación con el nombre Accidente cerebrovascular en adultos jóvenes: tasa de incidencia, factores de riesgo, tratamiento y pronóstico.
El evaluó a 110 pacientes que presentaron un accidente cerebrovascular que significa que el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene y podría provocar que células cerebrales mueran y se presente un daño permanente. Quienes participaron en la muestra tenían una edad de 55 años o menos.
La mayoría de ellos tenían factores de riesgo cardiovascular, el tabaquismo fue el factor de riesgo más común (56.4%), seguido de la hipertensión arterial (50%), la dislipidemia (42.7%), la obesidad (33%), la diabetes (18.2%), entre otros. Pero, más de la mitad de ellos experimentaron estrés psicosocial en la etapa previa a este evento, que sin duda marcó su salud.
La cardióloga Iris Beatriz Rodríguez, presidenta de la Asociación Guatemalteca de Cardiología, explica que algunas cuestiones son imposibles de controlar como la genética, el sexo y la edad, pero sí podemos hacer una diferencia en otras cuestiones que están en nuestras manos como el tabaquismo, el control del peso y el incluir los hábitos saludables en el diario vivir.
Rodríguez comenta que el estrés es un factor importante a considerar y aprender a controlar. “Si en el trabajo tengo un tipo de presión reacciono a eso y el cuerpo crea una serie de mecanismos y producción de hormonas que me preparan para superarlo, pero cuando esto es una constante y se vuelve en algo patológico el organismo estará luchando siempre contra algo que no existe y se desencadenan episodios que afectan la salud”, explica.
Más sobre el estrés
El psicólogo Gerardo Flores hace referencia en que el estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas que se presentan cuando una persona sufre un estado de tensión nerviosa o pasa por ciertas situaciones ambientales o laborales, o cuando tiene demandas o solicitudes que sobrepasan su capacidad de atender.
Flores reconoce que durante la pandemia el estrés se ha disparado por diferentes temores, la situación económica, problemas familiares o la falta de trabajo. “Afecta la salud emocional y física de la persona”, agrega el experto.
A nivel laboral los niveles descontrolados podrían llevar a un estrés crónico o burnout. Este provoca agotamiento y el trabajador se presentan cuestiones como inseguridad, miedo, pensamientos negativos, temor de la pérdida de control, entre otros.
La persona se enfrentará en ocasiones a sudoración, tensión muscular, taquicardia, así como fumar, comer o beber en exceso.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce el problema desde la década de 1990, pero en el 2019 estableció que el estrés estará en la próxima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), la cual se lanzará en el 2022. Por ahora se encuentra en el catálogo, pero únicamente como un problema de control de vida.
“El exceso de estrés representa una problemática de salud mental”, asegura Flores. El experto explica que se observa que algunos pacientes presentan en niveles elevados de estrés desde dolores de cabeza, problemas de memoria, diarrea, estreñimiento, falta de energía o concentración, ansiedad y depresión.
“El burnout se da seguido cuando existe una excesiva presión en el lugar de trabajo y es consecuencia de un desequilibrio entre las exigencias laborales, o las que uno mismo se impone y la capacidad de recursos disponibles para cumplir eficientemente en un trabajo, es decir que existe algo que sobrepasa mis habilidades y representa un esfuerzo más grande”, explica Flores.
Por su parte, la cardióloga Rodríguez explica que el estrés se ha relacionado a la predisposición a contraer enfermedades y entre ellas están la hipertensión arterial, el infarto a miocardio, entre otras.
El cambio de rumbo
Nonnie Reano Quinteros, de Brahma Kumaris Perú explica que estamos acostumbrados a experimentar el estrés cuando vemos que una situación o persona que está frente a nosotros representa una amenaza.
Para poder liberarnos del estrés tenemos que hacer un trabajo personal de empoderamiento, para reconocer todas nuestras habilidades, talentos y recursos y a partir de ello construir una estructura más sólida de nosotros mismos, agrega Quinteros.
Podemos utilizar alternativas para liberarnos de ese malestar y lo primero es trabajar liberación de emociones, identificar qué es aquello que lo está provocando y luego es necesario hacer un proceso de reconocimiento de poder interno para hacer frete a aquello.
Quinteros dice que para esto último se puede hacer un momento de silencio o pausa para buscar alternativas a nivel más racional, para concentrar el poder en los pensamientos y la situación de estrés empieza a reducirse porque nosotros nos percibimos en un lugar más amplio y sin límites.
“Nuestro pensamientos juegan un rol importante porque mientras generamos muchos pensamientos sobre lo que nos genera estrés, drenamos un montón de energía en esa dirección y nuestra capacidad creativa se reduce y también pierde fuerza el poder interno”, agrega Quinteros.
¿Qué hacer para manejar el estrés laboral?
La cardióloga Rodríguez explica que al llegar a casa o terminar las labores se olvide del trabajo para alejarse de los mecanismos de reacción y evitar el punto que se vuelva patológico y así evitar los malestares y aumentar la posibilidad de desencadenar otras enfermedades.
La experta además dice que cuidar la salud es una decisión y nunca es tarde para empezar a hacerlo. El ideal sería no esperar que llegue la enfermedad porque podría ser difícil de revertir o dejar secuelas dramáticas como quedarse sin habla o sufrir insuficiencia cardíaca, cuando el corazón no puede bombear sangre al resto del cuerpo de forma eficiente.
¿Cómo lograr separarse de la dinámica de trabajo o preocupaciones? La médico comenta que es necesario reconocer qué es lo urgente, aquello importante y qué es posible aplazar y dar prioridad a la salud personal. “Yo soy responsable de mi salud, no mi jefe, mis compañeros o mi familia”, expresa.
El hecho de levantarse 20 minutos antes y ejercitarse, o bien de buscar ese tiempo durante el día es necesario, al igual que comer saludable y balanceado, con alimentos bajos en grasa y sin mucho sodio, así como monitorear regularmente el cuerpo para medir niveles colesterol, presión arterial, azúcar y otros es necesario para medir nuestra condición. “Se estima que integrar hábitos sanos durante tres semanas es lo indispensable para crear una rutina, el punto es dar el primer paso”, reflexiona.
En su reciente libro Mis huellas, memorias de un banquero el economista Diego Pulido desarrolla un capítulo completo de cómo él ha manejado la organización de su tiempo a lo largo de su carrera y comparte parte de sus secretos para lograr alcanzar cada uno de sus objetivos y el manejo del estrés.
Pulido además de ser gerente era presidente de la Bolsa de Valores Nacional y directivo de su club rotario entre otros cargos simultáneos. Para cumplir con todo, creó una dinámica para resolver. “Este término no lo van a encontrar en ningún libro de administración ni de medicina, pero en mi teoría de vida yo e lamo ‘el estrés por acumulación de ciclos abiertos'” describe.
Pulido examinó los diversos procesos o ciclos que tenía abiertos y fue trabajando en ellos con el fin de no acumular pendientes y reconociendo cuándo era necesario tomar un respiro.
“Todos tenemos un pasatiempo o algo que disfrutamos y si lo integramos en el diario vivir ese tiempo de hacer algo que nos gusta sí baja los niveles de estrés”, agrega Rodríguez. Ella además hace énfasis en cuidar que las personas de la tercera edad tengan distracciones y actividades en casa, ya que debido a la pandemia están en un grupo vulnerable y han quedado encerrados.
Compartimos algunas ideas para empezar ese camino de autocuidado.
- Ejercitarse es un paso esencial porque al movernos el cuerpo libera endorfinas, también conocidas como hormonas de la felicidad, aportando una sensación general de bienestar.
- Busque un espacio para relajarse y hágalo parte de su rutina.
- Recrearse y divertirse es otro paso esencial, aunque la pandemia no permite por ahora hacerlo por completo al aire libre busque espacios y actividades seguras para distraerse.
- Ríase y comparta con los suyos. Esta es una actividad que le ayudará a relajarse.
- Hable y exprese sus sentimientos. Un consejo de los expertos para sentirse mejor.
- Busque ayuda para organizarse mejor y negocie proyectos en su empresa cuando sea necesario. Aprenda a decir no.
- Duerma bien, significa descansar de siete a ocho horas diarias ininterrumpidas. Acérquese a un médico neurólogo si padece de insomnio, ronca o su sueño es ligero.
- El balance es saber ponerle un límite a su trabajo y priorizar, así como delegar.
- Si siente que no es posible romper el círculo del estrés, una solución es buscar ayuda psicológica para recibir orientación. Hoy también el coach de vida es otra opción para tener un acompañamiento en este sentido.
En el trabajo
La OMS también plantea una prevención a nivel de organizaciones para apoyar la reducción del estrés.
Estas acciones van desde una definición de puestos de trabajo y evaluar la necesidad de modificar las exigencias, capacitación constante, vigilar con regularidad el grado de satisfacción del personal, hasta saber dirigir a los empleados para que reciban ayuda profesional cuando estén atravesando por un problema serio.
Se define además la necesidad de un diseño ambiental adecuado, así como la educación y capacitación de los colaboradores en la temática de manejo del estrés.
Se sugiere el desarrollo de sistemas de gestión con más capacidad de respuesta y la prestación de servicios de salud a nivel ocupacional. “Un buen empleador define y gestiona el trabajo de forma que puedan evitarse los factores de riesgo de estrés más frecuentes y prevenirse en la medida de lo posible, los problemas previsibles”, explica el manual La organización del trabajo y el estrés.