Durante este se producen diversos procesos biológicos relevantes, tales como conservación de la energía, regulación metabólica, consolidación de la memoria, eliminación de sustancias de desecho, activación del sistema inmunológico, etc. Sin embargo, como resulta difícil definirlo conceptualmente, a continuación, se describen las principales características de dormir:
- Existe un estado de disminución de la conciencia y de la reactividad a los estímulos externos.
- Se trata de un proceso fácilmente reversible (lo cual lo diferencia de estados como el estupor y/o el coma).
- Generalmente, se asocia a inmovilidad y relajación muscular (postura estereotipada)
- Suele presentarse con una periodicidad circadiana (diaria), por lo común en relación con los ciclos de luz y oscuridad.
- La ausencia de sueño induce distintas alteraciones conductuales, psicológicas y fisiológicas; además de generar una “deuda” acumulativa de sueño que eventualmente deberá recuperarse.
- Se asocia de forma directa con el proceso de envejecimiento y con el buen funcionamiento de los distintos sistemas corporales a través de las distintas etapas de la vida humana.
Tomando en cuenta las características descritas del proceso de sueño y su relación con la integridad del concepto salud-enfermedad, hay distintos factores que pueden modificar esta actividad biológica, teniendo efectos directos e indirectos en las personas que no pueden regularlo de forma habitual, teniendo la siguiente estimación aproximada en las distintas etapas de la vida:
- Bebés: 16 – 18 horas
- Preescolares: 12 horas
- Niños/adolescentes: 10 horas
- Adultos y adultos mayores: 7 – 8 horas
Además de lo anterior, existen factores que pueden desencadenar o acentuar distintos trastornos del sueño y, por el contrario, muchas condiciones y/o enfermedades de forma inherente, se asocian a mala calidad o escasa duración del sueño, a continuación, se detallan:
- Psicológicos/psiquiátricos: estrés, ansiedad, depresión, estrés postraumático, pesadillas, terror a quedarse dormido o volver a dormir.
- Sociales: entorno familiar o situaciones económicas adversas.
- Enfermedades crónicas: asma, artritis reumatoide, hipertensión, diabetes, insuficiencia cardiaca, enfermedad de Párkinson, cáncer, apnea obstructiva del sueño, demencias.
- Medicamentos: antiepilépticos, neuromoduladores, antidepresivos, ansiolíticos.
- Ambientales: luz en la habitación, exposición a dispositivos, sonidos de alta intensidad, calor o frío excesivos.
- Sustancias: alcohol, cafeína, bebidas energizantes, nicotina u otras drogas.
A continuación, se proporcionan algunos consejos para obtener un sueño de calidad:
- Dormir antes de las 11 p.m. y utilizar la habitación exclusivamente para dormir.
- Evitar el café, té negro, alcohol, chocolate, bebidas energizantes cuatro horas previas al momento de dormir.
- Apagar las luces o bien utilizar luz amarilla y de baja intensidad.
- Apagar dispositivos electrónicos (relojes, celulares, pantallas) y/o apagar las notificaciones del celular.
- Evitar ir a la cama si se está enojado, ansioso o preocupado.
Cambios
Dr. Paolo Alexander Sosa S. Miembro activo de la Asociación de Endocrinología Metabolismo y Nutrición de Guatemala, diabetesyendo@gmail.com. Tel. 502 5435-6876
Durante el sueño se producen diversos procesos biológicos relevantes.