Salud y Familia

Enfermedades provocadas por el estrés: Cómo prevenirlas y aliviarlas

El estrés crónico debilita el sistema inmunitario, lo que nos hace más propensos a sufrir enfermedades como diabetes, hipertensión y depresión.

Debido al estrés crónico se debilita el sistema inmunitario y se es propenso a enfermedades como diabetes e hipertensión. (Foto Prensa Libre: Elisa Ventur en Unsplash).

Debido al estrés crónico se debilita el sistema inmunitario y se es propenso a enfermedades como diabetes e hipertensión. (Foto Prensa Libre: Elisa Ventur en Unsplash).

El estrés es la respuesta física o mental a una causa externa, que puede ser desde una enfermedad hasta tener muchas tareas por hacer en poco tiempo. Aunque muchas veces es positivo, porque nos ayuda a cumplir metas, cuando es constante es un factor de riesgo a tener enfermedades como hipertensión, diabetes, depresión y problemas de la piel, entre otras.

Desde dolor de cabeza o cuello, ataques de pánico o ansiedad, hasta malestar estomacal son los síntomas más comunes que provocan cualquiera de los tres tipos de estrés. Estos se distinguen, sobre todo, por la frecuencia con que aparecen y las molestias que provocan.

El primero es el estrés agudo, que es el más frecuente y aparece cuando se tienen episodios de exigencia por algo puntual, lo cual hace que sea de corta duración, manejable y tratable. Cuando se cumple con la exigencia, este tipo de estrés desaparece. El segundo es el estrés agudo episódico, sucede con más frecuencia y quienes lo padecen están más agitadas, irritadas, ansiosas, tensas y siempre estar preocupados y apurados.

Los dos tipos de estrés anteriores pueden ayudar de cierta manera a que trabajemos más rápido y cumplamos con nuestros objetivos. Sin embargo, el estrés crónico no es saludable. Este surge cuando se cree que no hay salida a los problemas, por lo que se vuelve prolongado y constante.

Las causas del estrés dependerán de cada persona, pero a criterio de Andrés Escobar, médico internista, un episodio de estrés que dure más de dos semanas seguidas o meses, se considera crónico.

Síntomas de estrés

El estrés se manifiesta de distintas maneras. El cuerpo puede expresar el estrés por medio de sudoración excesiva, pies y manos frías, tensión muscular (generalmente en la espalda y cuello), dolor de estómago, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, cambio en el apetito (aumento o disminución) y cansancio, entre otros.

Desde lo emocional, se suele tener miedo o pánico, angustia, nervios, ansiedad, depresión, agresividad, deseos de llorar y de gritar, preocupación. Por medio de la conducta también se puede identificar por medio de risa nerviosa, llanto, irritabilidad, tics nerviosos, alteraciones del sueño (insomnio o dormir en exceso) y beber o fumar cuando antes no lo hacía.

Síntomas de estrés
El dolor de cuello y espalda es de los síntomas más comunes del estrés. (Foto Prensa Libre: Karolina Grabowska en pexels.com).

Asimismo, se puede tener dificultad para concentrarse, pensamientos repetitivos que pueden llevar a ideas catastróficas, sensación de fracaso, alteración de memoria e incapacidad para tomar decisiones.

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Enfermedades que provoca el estrés

Debido a que el estrés agudo es momentáneo no causa mayores problemas en la salud, sin embargo, el estrés crónico sí hace que la persona sea más propensa a sufrir diferentes patologías debido a que el cuerpo siempre está en “modo de alerta” y el sistema inmunitario se debilita, dice Fernando López, médico general.

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El estrés es factor de riesgo en enfermedades como:

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Prevención

Las enfermedades antes mencionadas se pueden prevenir por medio de un estilo de vida saludable. Es decir, con una alimentación balanceada, actividad física y chequeos médicos contantes para que puedan ser detectadas a temprana edad.

Lea más | Cómo tener salud preventiva: su importancia, cómo nos habla el cuerpo y cuándo ir al médico

A continuación, se enlistan algunas recomendaciones para prevenir el estrés. De esta manera no será un factor de riesgo.

  • Hacer actividad física al menos 30 minutos, tres veces por semana.
  • Dedicar tiempo a la familia y amigos.
  • Dormir 7 horas al día.
  • Adquirir algún pasatiempo que ayude a despejar la mente y olvidarse de los problemas
  • Dedicar al menos 15 minutos de relajación al día.
  • Aliméntese bien
  • Pase tiempo en espacios abiertos, al aire libre.
  • Tenga contacto con la naturaleza.
  • Priorice sus tareas y delegue otras.
  • Aprenda a poner límites

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