Esperar lo mejor
No es fácil acudir a alguien cuando se anda en busca de una solución a un problema que lo está agobiando y se encuentra en un callejón sin salida. Yo así lo creo. Pero a veces es necesario hacerlo para desahogar emociones y sentimientos que hacen daño. Confiar en un amigo, acudir a un psicólogo y buscar un guía espiritual y someterse a una buena terapia para calmar los males del alma. Escribir un diario personal también es recomendable.
Me confiesa ahora una amiga lectora, que pasó por la crisis del divorcio, que a ella le costó un buen tiempo decidirse a escribirme, porque no quería poner su caso al descubierto, y que al final lo hizo con mucha timidez. Ahora que ha superado su crisis siente que hizo bien y que le ayudó.
Ahora cuenta que aquella vida quedó atrás, que al separarse de su esposo se liberó de muchos sufrimientos. Mis hijos, dice, crecieron a mi lado con normalidad y nos unimos para darnos apoyo. Son educados, cariñosos y buenos estudiantes, con un futuro prometedor. Sé que en cualquier momento van a tener novia y decidirán casarse y lo veo normal.
Cuando yo le escribí hace 10 años en medio de un gran tormento, porque ya no podría más con la agresividad de mi esposo y su codicia, no sabía si divorciarme era lo mejor, pues temía hacerlo por mis hijos, por su futuro, por su reacción, ya que estaban en plena adolescencia. Pero al quedarme sola me entregué a ellos y a mi trabajo. Gracias a Dios mis hijos me han respondido.
A pesar de mi edad no estaba en mis planes volverme a casar y pienso aún que no debo hacerlo, porque no podría volverme a enamorar de otro hombre después de haber vivido con un misógino, que lo único que buscaba era humillarme y explotarme.
Pero Rina, lo que sí temo es a la soledad que me espera cuando mis hijos se casen. Pensar cómo será mi vida cuando los años avancen. ¿Me quedaré sola? Sé que tengo que estar alerta para no caer en depresión como la que ya pasé con mi exesposo y acudí a usted y me orientó.
Sí amiga, yo entiendo esos miedos cuando se ha sufrido un divorcio y esas dudas por el futuro. Pero reconozco que usted actuó con sensatez y valentía frente a ese mal matrimonio y que fue la mejor decisión que pudo tomar. Pensar en el futuro es inevitable y, ¿Quién no le teme a la soledad? Pero una mujer inteligente, luchadora y con buena autoestima no tiene que temer al futuro, porque es peor la soledad de dos en compañía.
El tiempo se va encargando de todo y si se camina de la mano de Dios, no hay a a qué temerle. Él se encargará de llenar su vida de amor, de fe, de confianza. Hay muchas cosas donde encontrar gozo y felicidad, como servir a los demás, cultivar amistades y amar lo que nos rodea. Acabo de leer este comentario: Los hijos se crían para que se vayan, no para que se queden. Tu trabajo es formarlos para que vuelen con alas propias, y aunque no quieras tendrás que prepararte para ello.
rina.montalvo@gmail.com