Una psicóloga de la Universidad de Leiden (Países Bajos) registró y analizó las reacciones y los modos de comportarse de un grupo de mujeres y hombres que no se conocían, al encontrarse con una posible pareja en una ‘cabina de citas a ciegas’ de la vida real.
Eliska Prochazkova observó los indicios de la conexión romántica, que se producen con algunas personas y no con otras, descubriendo que cuando dos desconocidos se atraen, sus ritmos cardíacos y la conductancia de sus pieles tienden a sincronizarse.
Si uno de los participantes en la ‘cita a ciegas’ se sentía atraído por su pareja aleatoria, su ritmo cardíaco se sincronizaba con el de esa otra persona. Si aumentaba o se reducía, también lo hacía el del otro participante en la cita. La conductancia de la piel seguía el mismo patrón”, según puntualiza Prochazkova.
Quizás unas palmas de manos sudorosas y unos latidos cardíacos acelerados no sean precisamente uno de nuestros rasgos más seductores en una primera cita, pero podrían ser una manifestación física de nuestros deseos amorosos respecto de otra persona, según sugiere un estudio científico sobre la atracción romántica.
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La sincronización del ritmo cardíaco (los corazones tienden a experimentar una misma cantidad de latidos por minuto) y de la conductancia de la piel (facilidad que ofrece la epidermis al paso de la corriente eléctrica), indican que las personas se sienten atraídas, según una investigación de la psicóloga Eliska Prochazkova, de la Universidad de Leiden (UL), en los Países Bajos.
La elección de la pareja se basa en una sensación visceral, lo que llamamos un ‘clic’. El estudio de Prochazkova, una investigadora del Instituto de Cerebro y Reconocimiento de la UL, explica por qué sentimos ese ‘clic’ romántico con algunas personas y no con otras.
La psicóloga Eliska Prochazkova investigó el desarrollo de este ‘clic’ o sensación de conexión romántica mediante unos experimentos efectuados durante una serie de ‘citas a ciegas’, en las que dos personas que se reunían sin conocerse previamente.
AMOR ‘A PRIMER LATIDO’ Y ‘A FLOR DE PIEL’
Descubrió que la sincronización de sus ritmos cardíacos y de las reacciones de conductancia de sus pieles son unos sólidos indicios que predicen el grado de atracción sexual que sentían en esos primeros encuentros.
Los investigadores de Leiden instalaron ‘cabinas de citas’ en diferentes eventos, entre ellos el Festival de música Lowlands que se celebra anualmente en los Países Bajos en el mes de agosto, e invitaron a los solteros a tener una ‘cita a ciegas’ dentro de dichas cabinas.
En el experimento participaron un total de 140 jóvenes, a cada uno de los cuales se les asignó una cita al azar con otra persona que formaba parte del mismo grupo, pero a la que no conocían.
Las parejas recibieron unas gafas de seguimiento ocular que registraban los movimientos de sus ojos y otros equipos sensores electrónicos, que medían la conductancia de la piel, o la transpiración de sus dedos, junto con su ritmo cardíaco.
“Al igual que la frecuencia cardíaca, la conductancia de la piel es una medida de la activación del sistema nervioso”, explica la psicóloga Prochazkova.
MÁS ATRAIDOS, MÁS SINCRONIZADOS
Destaca que así descubrieron si alguno de los participantes en la ‘cita a ciegas’ se sentía atraído por su pareja aleatoria.
“Si el ritmo cardíaco de una persona aumentaba, también lo hacía el de la otra persona. Y si su ritmo cardíaco disminuía, también se reducía el del otro participante en la cita. La conductancia de la piel seguía el mismo patrón”, explica la psicóloga de Leiden.
“La atracción entre las parejas parece aumentar si se sincronizan a este nivel fisiológico más profundo”, enfatiza.
Prochazkova cree que la sincronización con el ritmo cardíaco y la conductancia de la piel podría tener relación con las microexpresiones, es decir aquellas expresiones faciales o corporales diminutas que no son apreciables a simple vista, como los pequeños parpadeos.
“Cuando percibes inconscientemente estas microexpresiones en otra persona, te sientes bien, porque notas que te entiende a nivel emocional. Esto hace que tu ritmo cardíaco aumente. Esto es probablemente lo que ocurre cuando encuentras a alguien románticamente atractivo”, señala la experta.
Se observó que las mujeres participantes en el ensayo recurrieron mucho a este tipo de señales en forma de gestos y sonrisas, en tanto que los hombres, miraron más a las mujeres y se fijaron en sus caras, ojos y cuerpos durante más tiempo.
“La sincronización de los estados fisiológicos puede ser importante predictor aplicable a otros tipos de relaciones sociales, como las que existen entre un padre y un hijo o las que mantienen un paciente y un terapeuta”, de acuerdo con Prochazkova.
“Incluso quizás sea posible desarrollar métodos que fomenten esta sincronía, por ejemplo, basados en la música, que puede actuar como un ‘pegamento social’”, reflexiona la experta.