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Sin embargo, las lentes de color oscuro sin filtros UV tenderían a dañar los ojos, porque la pupila se dilata en la oscuridad, permitiendo que entren más radiaciones nocivas en el ojo, explica Köster.
En principio, los daños causados por la luz en los ojos pueden evitarse con tintes y filtros. Ofrecen, por ejemplo, protección contra la radiación ultravioleta de la luz solar, el deslumbramiento, la luz difusa y la radiación infrarroja, señala la óptica Peggy Kleindienst. En caso de necesidad, los filtros también pueden mejorar la agudeza visual.
Algunas profesiones, como los soldadores, deben llevar gafas con filtros protectores para protegerse de las radiaciones peligrosas mientras trabajan. “Las personas con enfermedades oculares también pueden conseguir una mejor visión de contraste y aliviar sus síntomas con lentes de filtro especiales”, apunta Kleindienst.
Los filtros
– Los filtros solares protegen contra lo que se conoce como deslumbramiento absoluto por exceso de luz solar.
– Las lentes de filtro especiales absorben parte del espectro de luz visible de onda corta. Se utilizan, por ejemplo, en la retinosis pigmentaria, un grupo de enfermedades oculares hereditarias que provocan la destrucción de la retina.
– Los filtros polarizadores, los que llevan las gafas polarizadas, reducen los reflejos de las superficies reflectantes como el agua, la nieve o el metal.
– Los filtros de luz azul están diseñados para el trabajo con ordenadores a fin de filtrar la parte de luz azul que emiten las pantallas. Están diseñados para ayudar a reducir la fatiga ocular.
En caso de exposición solar intensa, conviene utilizar gafas tintadas con buena protección UV que protejan los ojos. “Sin embargo, hay diferentes tonos y filtros para diferentes necesidades”, dice Kleindienst.
Un lego en la materia puede reconocer una protección fiable contra los rayos UV por el hecho de que, por ejemplo, en la patilla de las gafas o en la hoja de información del producto esté escrito “100% de protección contra los rayos UV” o “UV 400”. Esto significa que la radiación de luz UV por debajo de la longitud de onda de 400 nanómetros se filtra y no llega al ojo. Así se consigue una protección efectiva de los ojos.
¿Y cuál es el beneficio del tintado? “Los cristales tintados garantizan que la cantidad de luz se reduzca en general y que se pueda ver sin deslumbramiento incluso en días muy luminosos o durante la práctica de deportes de invierno y acuáticos sin entrecerrar los ojos”, explica Sarah Köster.
La intensidad del tintado se divide en cinco categorías de protección contra el deslumbramiento: las lentes de categoría 0 dejan pasar entre el 80 y el 100 por cien de la luz. La categoría 1 sigue dejando pasar entre el 43 y el 80 por ciento, y la categoría 2, entre el 18 y el 43 por ciento.
La categoría 3, que deja pasar entre del 8 al 18 por ciento de la luz, es adecuada para las vacaciones en la playa o en la nieve, según Köster. Las lentes muy oscuras (categoría 4) sólo dejan pasar entre el 3 y el 8 por ciento de la luz y pueden utilizarse, por ejemplo, en la alta montaña. No están indicadas para conducir con ellas, ni siquiera de día.
Para las personas que usan gafas a diario, un segundo par de gafas de sol es un buen complemento. Los accesorios para gafas normales ofrecen una solución intermedia, pero a menudo no son tan prácticos, según la ZVA. Otra opción son las lentes que se adaptan a las condiciones de luz imperantes cambiando el tinte que llevan.
Si se quiere protección contra los rayos ultravioleta para las gafas de uso diario, pero no se necesita protección contra el deslumbramiento, las lentes transparentes con filtros UV pueden ser la mejor solución. A los usuarios de lentes de contacto les conviene comprar gafas de sol normales. También existen lentes de contacto con protección UV integrada, dice Köster, pero sólo cubren una parte del ojo.
El material de las lentes no es tan importante como la fabricación y la calidad de las gafas en general. “Además, al comprar hay que asegurarse de que el cristal no cede ante una ligera presión de los dedos en la montura”, aconseja Köster.
Las lentes de alta calidad no tienen burbujas, no están rayados ni tienen incisiones. Köster también aconseja comprobar la calidad. “Si se mira un objeto a través de una lente mientras se mueve ligeramente la gafa hacia delante y hacia atrás o se gira en el sentido de las agujas del reloj, el objeto que se está mirando no debería moverse ni distorsionarse”.
El ajuste correcto también es importante, señala Köster. Si las gafas no se asientan bien sobre la nariz, se empañan más fácilmente y pueden provocar puntos de presión o que resbalen, agrega.