Salud y Familia

Hemorroides y estreñimiento: condiciones que pueden mejorar con cambios de hábitos

Para algunas personas ir al baño a evacuar representa un martirio por estar estreñidas o padecer hemorroides, afecciones que, en la mayoría de los casos, están estrechamente vinculados y del que pocas desean hablar. Ambos suelen estar relacionados con hábitos poco saludables.

Las hemorroides son ocasionadas por distensiones durante los movimientos intestinales, la obesidad o el embarazo. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

Las hemorroides son ocasionadas por distensiones durante los movimientos intestinales, la obesidad o el embarazo. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

Las hemorroides son un acúmulo de paquetes vasculares —dilataciones venosas— que están en la submucosa del recto, cerca del ano, explica el gastroenterólogo Pedro Vinicio Méndez, con subespecialidad obtenida en Tokio, Japón, y expresidente de la Asociación Guatemalteca de Gastroenterología.

Tienden a congestionarse por varias causas y se llenan de sangre. Esto hace que crezcan cada vez más al pujar, al hacer esfuerzos o al permanecer sentado por tiempo prolongado. Al aumentar la presión intrarrectal al pujar, por ejemplo, además de heces duras, se van inflamando y saliendo de su lugar, añade Méndez.

La enfermedad se manifiesta en varios niveles, desde el grado uno —la hemorroide se inflama y puede sangrar— hasta el cuatro —se inflama, sale a través del recto y no regresa—. El tratamiento depende de la gravedad del caso.

Hay hemorroides internas, en el interior del recto; sangran pero no hay dolor. Las externas, por el contrario, causan molestia y están debajo de la piel que rodea el ano.

El sangrado rectal es el síntoma principal de las hemorroides internas, pero aparece también cuando se han desarrollado tumores del colon y del recto, por lo que se recomienda realizar análisis para descartar otras enfermedades.

También las producen el embarazo, levantamiento frecuente de objetos pesados,  diarrea o estreñimiento frecuentes o antecedentes hereditarios, expone el cirujano colorrectal Miguel Ángel Martini, expresidente de la Asociación de Colon y Recto de Guatemala. Las mujeres tienden a desarrollar más este problema de salud que los hombres, debido a hábitos intestinales anormales, pues desde niñas se les enseña a no ir a cualquier baño y eso provoca, con el tiempo, que se lentifiquen los movimientos del colon, añade Méndez, quien refiere que más del 50% de la población las padece.

Las mujeres tienden a desarrollar más este problema de salud que los hombres, debido a hábitos intestinales anormales. (Foto Prensa Libre: Pixabay).

“Pocos consultan a tiempo. Con medidas básicas, la mayoría no requeriría tratamientos invasivos”, dice. “Consultan tardíamente luego de probar todo lo que les aconsejan —baños de asiento en apazote, manzanilla o cáscara de encino, o supositorios naturales de sábila—, pero el proctólogo, coloproctólogo o el especialista en cirugía y enfermedades del colon, recto y ano son los únicos a quienes debe acudir el paciente”, agrega.

Estos especialistas efectuarán una inspección adecuada del área y tomarán la decisión de realizar exámenes adicionales  como colonoscopia o si bastará solo un chequeo local mediante una anoscopia —prueba para visualizar el ano, conducto anal y parte inferior del recto—.

La Guías clínicas prácticas para el manejo de hemorroides, de la Sociedad Estadounidense de Cirujanos de Colon y Recto (2018), que reúne esfuerzos internacionales para la atención de enfermedades  y trastornos del colon, recto y ano, indica que el estreñimiento predispone al desarrollo de hemorroides.

El estreñimiento y anormales hábitos intestinales como esfuerzo al evacuar o tiempo prolongado sentado en el inodoro son representativos de las hemorroides. Según estudios desarrollados por dicha sociedad, la ingesta de fibra tuvo efectos benéficos en el tratamiento de las hemorroides, pues los pacientes mejoraron los síntomas de prolapso —caída o salida de su lugar anatómico—, dolor y picor. También recomienda tener hábitos de defecación adecuados como evitar hacer esfuerzos o limitar el tiempo en el baño, pues estas prácticas están asociadas con esta condición.

Según el documento Estreñimiento, una perspectiva mundial,  de la Organización Mundial de Gastroenterología (2010), el estreñimiento crónico es la dificultad persistente para defecar, tener la sensación de que la defecación es incompleta o la infrecuencia de movimientos intestinales —cada tres o cuatro días—. En la mayoría de los casos, provoca molestia pero no amenaza la vida ni debilita al individuo.

 Tratamiento

Se recomienda adoptar una dieta alta en fibra, beber de 1.5 a 2 litros de líquidos al día, hacer ejercicio diario o hacer baños de asiento. El tratamiento farmacológico puede consistir en supositorios, medicamentos antiinflamatorios o flebotónicos —ayudan a la circulación sanguínea de área—, entre otros.

Las ligaduras de hemorroides internas y sesiones ambulatorias  resuelven en gran porcentaje los problemas más avanzados, para evitar la cirugía  llamada hemorroidectomia —extirpación de venas inflamadas anales—. Gracias a la tecnología moderna, las técnicas se han modificado notablemente con una recuperación relativamente más tolerable, agrega Martini.

 No siempre son hemorroides

Muchos creen que padecen de hemorroides, pero un gran porcentaje  de pacientes puede tener desde una infección llamada absceso hasta lesiones más serías como cáncer —anal o rectal—, por lo que lo mejor es consultar a tiempo. “Todo paciente mayor de 45 años debe realizarse una colonoscopia preventiva anual para detectar cáncer de colon, el cual, en etapa temprana no manifiesta  síntomas”, coinciden Méndez y Martini. Si hay sangrado rectal, heces  con sangre o más delgadas o pérdida de peso sin haber hecho dieta, se debe hacer la colonoscopia a cualquier edad, concluyen.

Recomendaciones dietéticas

La nutricionista Andrea Reula Aparicio brinda estos consejos a personas que padecen estreñimiento o para prevenirlo:

  • En la dieta se debe incluir de 25 a 35 gramos de fibra al día, de diferentes fuentes, y de 1.5 a dos litros  diarios de líquidos, para mejorar la frecuencia y volumen de las deposiciones.
  • Los  líquidos pueden ser, además de agua pura,  infusiones, limonada natural y caldos sin grasa.
  • Consumir por lo menos dos porciones de verduras y tres de frutas diariamente. Estas últimas deben consumirse completas, con pulpa y  la piel,  en lugar de jugos.
  • Así mismo, deben incluirse farináceos como  cereales, pasta, pan y tortillas, de preferencia integrales,  por su mayor aporte de fibra. Estos pueden combinarse con   leguminosas como frijoles, arvejas, lentejas y garbanzos. Elegir el arroz integral también.
  • En algunos casos cuando se inicia una dieta para reducción de peso, la eliminación o restricción de  grasas provoca estreñimiento; por tanto,  se puede consumir una cucharada de aceite de oliva extravirgen en ayunas para favorecer tránsito intestinal.
  • Se recomienda  la ingesta de alimentos que potencian la secreción de bilis, pues esta tiene un efecto de laxante natural, como jugo natural de naranja, la naranja completa, las alcachofas, la escarola, la endivia, la berenjena y las grasas de origen vegetal. Procurar que estas tengan un buen perfil de ácidos grasos.
  • Deben evitarse  alimentos irritantes como el café y las especias picantes. También, el consumo de alcohol y de tabaco porque aumentan la irritación intestinal.
  • Otros consejos son masticar bien la comida, realizar actividad física y caminar bastante, mantener un peso adecuado, evitar las frituras y rehogados para la preparación de los alimentos y elegir preparaciones al vapor, a la plancha, papillote o hervidas.
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