Aquí le explicamos por qué los animales también sienten.
Hay estímulos cerebrales
El cerebro —centro motor y sensitivo de todos los miembros del reino animal—, conjuntamente con los nervios y los receptores de estímulos —de dolor, temperatura o presión— transmiten e interpretan los estímulos internos y externos, refiere la veterinaria Vanessa Granados, docente de Biología y Fisiología Animal y Bioética en la Universidad del Valle.
Es debido a la capacidad de responder a estímulos, a los receptores, a las neuronas y a sus neurotransmisores que los animales tienen la capacidad de sentir dolor y de sufrir. “Todos los animales tenemos estructuras fisiológicas y anatómicas similares”, agrega la docente.
Los animales invertebrados también responden a estímulos. Un reciente estudio europeo concluyó que las abejas presentan algunos patrones de actividad genética en las vías relacionadas con las emociones en humanos.
Aprenden a comportarse
El temperamento de los animales domésticos, sobre todo de los perros, está influenciado por la crianza; por ejemplo, si un perro vive en las calles, debe aprender ciertas conductas para sobrevivir —esconderse, huir de quienes lo lastiman, buscar alimento o refugio—. El can que crece en una casa bien tratado aprende a confiar en los humanos.
Se emocionan
Los animales tienen estructuras anatómicas y procesos fisiológicos que producen emociones como las de los humanos.
Es por esta evidencia y por su comportamiento que se les puede atribuir a algunos animales “sentimientos o emociones” que se creen exclusivas del hombre.
Por la función biológica del dolor, que mantiene vivo al organismo cuando lo aleja de estímulos que le causan daño, se concluye que los animales lo sienten, pueden sufrir y recordar las experiencias.
Hay conciencia
Mientras más arriba en la escala zoológica se encuentre un animal, más conciencia tendrá de sí mismo y de su entorno. Estudios del biólogo, zoólogo y primatólogo holandés Frans de Waal, presentan resultados interesantes sobre la compasión, el altruismo y la empatía en grupos de chimpancés y bonobos. Este comportamiento, que se denomina moral, está presente también en otros animales que se sacrifican por el bien de otros de su especie como las ratas o los perros, indica Granados.
Legislación
El 28 de febrero último se aprobó la Ley de Bienestar y Protección Animal que entra en vigencia la próxima semana.