Un perro produce en promedio 300 gramos de excremento al día y medio litro de orina, calcula Esquivel. “El suelo absorbe la orina, pero el excremento se seca, se pulveriza y sus partículas viajan en el ambiente y pueden terminar en los alimentos que se consumen en la vía pública o las podemos respirar”, explica, quien agrega que constituye un riesgo de enfermedades e infecciones.
Recoger las heces del can reduce al mínimo las posibilidades de exposición a los huevos y larvas de gusanos, lombrices y otros parásitos que causan estragos en el sistema intestinal humano. Algunos parásitos que se encuentran en las heces caninas pueden causar lesiones oculares graves en los niños pequeños, explica el sitio clubperruno.com
Uno de los mitos más comunes, según Esquivel, es que los desperdicios del perro sirven de abono para jardines o jardineras. “Sí son biodegradables, pero los perros, al ser omnívoros, pueden desechar bacterias o parásitos que son resistentes a los procesos ambientales”, explica.
El veterinario tampoco recomienda desecharlos en una bolsa. “Puede tener un efecto impermeable, que evita que la gente se exponga directamente al excremento, pero no hay información disponible de cómo son manejadas con el resto de la basura, si son separadas o tratas de alguna forma”, advierte.
Toparse con las heces de perros en la calle también es algo desagradable, no solo por el olor, sino por el riesgo de pisarlas, por lo que hay quienes también consideran una falta de respeto para los demás no recogerlas.
Recomendaciones:
- No dejar salir a los perros solos a la calle.
- Si se sacan a pasear, siempre llevar una bolsa para recoger sus heces.
- Usar un recogedor especial para las heces o recogerlas con un trozo de papel higiénico.
- Tirar los desechos directamente al inodoro para que se vayan al drenaje, donde son tratados o se degradan de forma natural.
Érick Cruz, conocido como “el encantador de perros guatemalteco”, explica que los perros hacen sus necesidades unos 20 minutos después de comer, por lo que hay que tomar en cuenta ese tiempo para sacarlo a pasear. También, es importante acostumbrarlo a que defeque solo al principio, a la mitad y al final del recorrido.