La resistencia a los antibióticos, también llamada antibioresistencia, aparece cuando una bacteria evoluciona y se convierte en resistente a los antibióticos que se utilizan para tratar infecciones, explica la OMS.
Este fenómeno se debe al consumo excesivo de antibóticos y a su mal uso. Pero según una encuesta en 12 países incluida en el estudio, un 44 por ciento de las personas encuestadas creen de manera errónea que la resistencia solo afecta a los que abusan de los antibióticos.
Más del 60 por ciento de los encuestados creen también de forma equivocada que los pacientes que toman correctamente sus antibióticos no tienen ningún riesgo de infección.
“En realidad, cualquier persona en cualquier momento y en cualquier país puede verse afectada por una infección resistente a los antibióticos”, subraya la OMS, que entre el 16 y el 22 de noviembre celebra su primera Semana Mundial del Buen Uso de los Antibióticos.
En abril, la OMS lamentó que los servicios de sanidad en el mundo no tomen en cuenta el mal uso de los antibióticos, lo que aumenta la resistencia a los medicamentos y provoca muertes por enfermedades que se pueden curar.
“Es uno de los desafíos sanitarios más grandes del siglo XXI, que necesita un cambio a nivel mundial del comportamiento tanto de los individuos como de las sociedades”, dijo por su parte Keiji Fukuda, representante especial de la directora general de la OMS sobre esta cuestión.
El primer objetivo de la organización es luchar contra los ideas falsas. Más del 75 por ciento de los encuestados piensan; por ejemplo, que la resistencia a los antibióticos se produce cuando el organismo se convierte en resistente a los antibióticos.
Pero, en realidad, se trata de bacterias -y no de seres humanos o animales- que se convierten en resistentes a los antibióticos. Su propagación es la causa de estas infecciones, difíciles de tratar.
Para resolver el problema, la OMS recomienda tomar antibióticos solo si los receta el médico, seguir todo el tratamiento hasta el final (incluso si el paciente ya se siente mejor), nunca utilizar antibióticos que hayan sobrado de un tratamiento y nunca compartirlos con otras personas.