“La vacuna será útil para el control del zika en todo el mundo y evitará secuelas en aquellas personas contaminadas”, declaró el ministro de Salud de Brasil, Ricardo Barros, citado en la nota.
Antes de los test en humanos, la vacuna pasará por evaluaciones preclínicas y tendrá que ser aprobada por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), que producirá la vacuna con el apoyo de Estados Unidos.
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Para la ejecución de esta segunda fase, Barros firmó en la víspera un acuerdo de colaboración en Washington con el secretario de Salud de Estados Unidos, Thomas Price, en el marco de la 29ª Conferencia Sanitaria Panamericana.
La vacuna presentó resultados positivos en los test realizados en ratones y macacos en los que consiguieron impedir que el virus del Zika causara microcefalia u otras alteraciones del sistema nervioso central de las dos especies.
La aplicación de una única dosis de la vacuna evitó la transmisión de la enfermedad en los animales y, durante la gestación, el contagio a las crías.
El zika, así como el dengue, el chikunguña y la fiebre amarilla urbana, son transmitidas por el Aedes aegypti, un mosquito cuya población se multiplica con la llegada del verano austral, que le ofrece condiciones propicias para su reproducción: temperaturas elevadas y charcos de agua limpia debido a las lluvias.
Brasil, uno de los países más afectados por el zika el año pasado y que declaró emergencia sanitaria antes de que la propia OMS advirtiera sobre la gravedad de la enfermedad, ya declaró el fin de su situación de emergencia por el virus, ante la fuerte caída del número de casos.