Lo más valioso que los padres poseen es la fe, que es el timón de la vida terrenal para hacer la gestión día a día de su fin último, como el de los suyos, que es la vida eterna.
La felicidad transciende y se puede conseguir en la tierra temporalmente y necesita ser alimentada y ajustada a su realidad día a día, ya que nace del acto de la satisfacción que surge de la autorrealización, para luego con fe alcanzar la definitiva, que es EL CIELO.
Como padres es importante esforzarse por tener para poder dar, siempre, cuidando de no caer en el ateísmo práctico: Dios existe, pero vivir como si no existiese, sin pretenderlo, con el relativismo a la orden, alimentando lo que se desea a cada momento.
La familia se compone de muchas cosas pequeñas y pequeños detalles que les enseñan a querer transmitir esa fe viva, con dedicación y lucha en los años tempranos de sus hijos. Desde que el niño nace debe sentir a Dios, presente en la vida de sus padres y en sus primeras palabras. El niño a los 2 años ya pude iniciarse con oraciones de fácil aprendizaje que lo lleven a vivir la primera normativa de piedad EL AMOR A DIOS.
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Es importante tener manifestaciones del amor a Dios en pequeñas oraciones aprendidas en la casa o colegio, que se practiquen diariamente. Esta práctica se basa en los instintos de guía natural, los niños están en condiciones de creer y amar a Dios sin necesidad de razonárselo. Creer en Jesús, en los Ángeles Custodios, en el Cielo y en los sucesos acaecidos en Belén, será algo sencillo que no requerirá esfuerzo por parte del niño.
Cabe mencionar que el vocabulario religioso que se va imprimiendo en el alma del niño, comienza con el SENTIDO DE DIOS. Esto les ayuda a aprender a hablar con Dios, como un padre cariñoso y bueno. Aquí los padres deben estar atentos a observar si pide necesidades concretas e inmediatas, como, por ejemplo: “Jesusito te pido por mamá, por papá, por los abuelitos, etc.”
Así mismo, se debe prestar atención a las palabras y gestos de amor a Jesús o a su santa Madre, Santa María. Las pequeñas prácticas de piedad del diario vivir van quedando grabadas en su ser y si se continúan cultivando, los acompañarán por el resto de su vida, algunos ejemplos son: tirarle besitos a Jesús, a la Virgen, persignarse cuando se pasa frente a una iglesia, entre muchas otras.
Oraciones
Carol de Enríquez, directora Colegio APDE La Villa
El niño a los 2 años ya pude iniciarse con oraciones de fácil aprendizaje.