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La Navidad es una buena ocasión para sembrar nuestras vidas y las de quienes nos rodean con palabras felices y positivas, mediante los brindis que compartimos con familiares, amigos y compañeros de trabajo en Nochebuena, aunque sean más restringidos que otras veces, y a través de los buenos propósitos para el nuevo año que escribimos en la intimidad.
El filósofo, escritor y conferenciante Luis Castellanos explica a Efe cómo formular estos buenos deseos e intenciones navideños con el “lenguaje de la felicidad”, y describe algunas propuestas verbales y escritas para la salud y prosperidad propias y compartidas, tan necesarias en tiempos de pandemia.
Castellanos es pionero a nivel mundial en la investigación del lenguaje positivo, el bienestar lingüístico y nuestra habla interior como herramienta innovadora para el progreso de la humanidad y la transformación de las personas y las organizaciones. Es autor de las obras: La ciencia del lenguaje positivo (2016), Educar en lenguaje positivo (2017) y El lenguaje de la felicidad (2019).
“Los deseos son fascinantes, contienen el prodigio de mirar al futuro con una esperanza imparable. Son delicados, frágiles, vulnerables y, por ello, hemos de cuidarlos y saber elegirlos con esmero”, señala Castellanos, en una reflexión que se aplica a los brindis y propósitos de Año Nuevo.
Para este autor “las palabras que recogen todo esto es primoroso. Porque los deseos son bellos, están hechos de la habilidad de los sueños y la delicadeza del tiempo que cuida los detalles”.
“Los deseos son el arte de la imaginación que proviene de la atención que prestamos a nuestras ‘palabras habitadas’, a nuestra vida interior que desea un mejor futuro. Los deseos inspiran a tener una vida con sentido, un propósito”, prosigue.
“Las ‘palabras habitadas’ son las que tienen el poder de difundir amor, bondad y generosidad. Son palabras verdaderas que no se imponen, sólo pueden venir de nuestro interior”, explica.
“El lenguaje positivo regala tiempo de vida, mientras que el lenguaje negativo te hace rumiar, resta tiempo vital. Los deseos regalan vida, regalan tiempo, regalan nuevos espacios vitales dignos de ser soñados y deseados”, explica Castellanos.
Considera que el lenguaje de la felicidad es “el “talento para la luz” que dirige nuestra mirada con serenidad y hace de este mundo “un lugar mucho más habitable precisamente porque ‘tú existes’ “.
El poder de los deseos y los sueños
Castellanos recomienda clarificar las intenciones de nuestros deseos, de nuestros sueños, buscando un lugar tranquilo y silencioso para preguntarnos qué desea nuestro corazón, qué palabras vamos a escoger, “debemos elegir con esmero para expresar los sueños que guardamos en nuestro corazón”.
“Comienza a escribir a mano, con caligrafía hermosa, con cuidado en cada trazo, aunque luego los vayas a verbalizar, qué es lo que deseas para ti, porque es importante ser amigable con uno mismo”, señala.
“Luego caligrafía aquello que deseas para las personas que quieres y termina con lo que deseas para el mundo, porque los deseos son una forma de enamorarse del mundo y de todo lo que habita en él”, apunta.
“Y cuando llegue el momento, manifiesta con calidez en el brindis tu deseo”, aconseja Castellanos.
Este doctor en Ética, licenciado en Filosofía y Letras y con estudios de Psicología, comparte algunos deseos que habitan en su corazón, a modo de inspiración para que formulemos nuestros brindis.
// “Quiero, cada día, cuando me levanto, que mis palabras y mis gestos hacia vosotros sean sanos, amables, compasivos e impulsen vuestro bienestar”//.
//“Quiero cuidar mi lenguaje porque el cuidará de vosotros”//.
También propone brindar de esta manera:
//“Quiero que cada uno de vosotros alcance la alegría de vivir cada mañana y que la felicidad se instale, con calma, en la rapidez, el movimiento y la conmoción del mundo”//.
Recomienda compartir este último brindis, diciendo con serenidad y afecto el nombre da cada uno de los que estén presentes, mirando a sus ojos, pausadamente, con calidez íntima y profunda, con paz, escuchando nuestro corazón.
// “Brindo porque el cuidado y la serenidad habiten en cada uno de vuestros corazones”//.
Buenos propósitos desde el corazón
//“Por su parte, los propósitos son la caligrafía del corazón. Antes de escribirlos, toma aire profundamente y siente como las palabras brotan desde tu corazón”//.
//“Escribe, trazando, con movimientos bellos, serenos, cada una de tus palabras escogidas, porque cada palabra es la unidad mínima para la construcción de un resultado, de tu propósito”//.
Sugiere escribir concretando, con precisión que es aquello que tenemos el propósito de cuidar, proponiéndonos, ante todo, cuidar nuestro lenguaje y nuestra escritura, “porque ellos cuidarán de nosotros”.
Castellanos sugiere a modo de inspiración siete posibles propósitos para el año que va a comenzar. Son los siguientes:
Nº 1: “Quiero y cuido mi cuerpo, mi salud cada día, durmiendo y descansando bien, hago la cama… paseo y hago ejercicio, medito sobre lo qué voy a comer y cómo lo voy a comer”.
Nº 2: “Vivo cada instante mi salud de la forma más significativa posible, para cuidar de mi existencia”.
Nº 3: “Me cuido para cuidar a los que me rodean. Me cuido cada día para cuidar la salud del mundo y hacerlo más habitable”.
Nº 4: “Quiero y deseo que todos los seres vivos tengan bienestar, que prosperen en su corazón y en su vida con generosidad, con gratitud y compasión”.
Nº 5: “Deseo que la abrumadora realidad de estos momentos y la conmoción del mundo no nos hagan perder la esperanza activa”.
Nº 6: “Quiero que habitemos la bondad y la alegría como forma de vivir cada instante. Quiero ayudar con mi comportamiento a que todos los seres tengan una buena historia de vida”.
Nº 7: “Quiero aliviar el sufrimiento y el dolor desde la caligrafía del amor que deseo escribir en mi corazón”.