Salud y Familia

Las ventajas de caminar descalzos (y cuándo no hacerlo)

Caminar con los pies descalzos tiene algunas ventajas no solo a nivel físico sino emocional. Conozca más de esta práctica y qué dicen los especialistas.

La naturaleza estimula los sentidos. Aprenda a disfrutarla. (Foto Prensa Libre: Pexels)

La naturaleza estimula los sentidos. Aprenda a disfrutarla. (Foto Prensa Libre: Pexels)

El psicólogo Mario Velásquez explica que en el día a día perdemos contacto con el presente.  Nos absorben las responsabilidades, el estrés y otras dinámicas de vida.  Actualmente cada vez nos rodean más las cosas artificiales y por eso se hace un llamado a actividades que nos relajen y nos lleven a vivir el presente.

La técnica de mindfulness o atención plena es una herramienta que promueve Velásquez, la cual invita a tomar un tiempo para reflexionar cada día en qué se tiene alrededor para ver el hoy.  “Aunque tenemos una ciudad industrializada hay pequeños espacios para fomentar el contacto con el interior… el estar conscientes  y detenerse”, reflexiona el psicólogo.

“Respirar al aire libre permite que mis neuronas empiecen a funcionar y conectarse con el ahora, desligándose de todo lo demás y a este propósito también ayuda el estar descalzos”, dice.

El contacto de los pies con la naturaleza ayuda a conectarnos con los pensamientos, las emociones y sensaciones.  Al conectar estos tres componentes se permite que se empiece a generar felicidad en el cuerpo.

Caminar descalzos es parte de ese sentido primitivo que tenemos.   El frío del suelo ayuda a que la mente se enfoque en esa conexión entre el suelo y la mente.

Esta parte del cuerpo tiene múltiples terminaciones nerviosas y permite que conectemos con todo el cuerpo, agregan los especialistas.  En  la reflexología podal, o masajes hechos por especialistas en los pies,  se tienen puntos que al presionarlos mejoran la circulación sanguínea y evita la retención de líquidos, la hinchazón y la sensación de pesadez en las extremidades.

Incluso en bebés se recomienda que empiecen a gatear descalzos para que sus manos y pies reconozcan su espacio.

El Instituto Valenciano del pie describe que con el pie desnudo evitamos la presión que suele provocar el calzado y la humedad que se genera. “Al ir descalzo estamos haciendo trabajar a los músculos que se encuentran anulados o atrofiados ante el uso del calzado. Y  también puede ayudar a reducir o eliminar la tensión de los músculos del pie generada tras pasar varias horas sentados”, dice la página.

Cinco minutos diarios

Cuántas texturas podrían descubrirse en la naturaleza.   La tierra, el pasto, la suave arena del mar y otras superficies que están a nuestros pies.

“Cada textura conecta el cuerpo con el presente y los beneficios no solo son físicos incluso podría ayudar a quitar la ansiedad o influir en la mejora de cuadros de depresión” agrega Velásquez.

Ana Lucía Vásquez, psicóloga,  explica que todas las actividades que nos lleven a trabajar y unir cuerpo y mente son saludables.   El ejercicio de caminar descalzos podría ser de cinco minutos diarios para ponerle atención a todas esas sensaciones, aunque cada persona podría programar los espacios dedicados a ello.

Si a la persona no le gusta caminar descalzo para tener estimulo puede tener masajes en los pies o empezar por pequeños ejercicios, o bien aprender a disfrutar de cómo la naturaleza estimula otros sentidos.  Un paseo con la mascota podría llegar a ser también estimulante.

Los conocedores invitan a dejar fuera de este espacio las pantallas y crear ambientes más relajados.  Aprenda a escuchar y sentir los aromas de la naturaleza y los sonidos.   Si está en casa escuché música relajante, agrega Vásquez.

En Japón por ejemplo se practican los baños de bosque, es decir caminar con los cinco sentidos en un entorno natural.  Incluso se recomienda consumir un té para disfrutar de la experiencia que relaciona con una vida más saludable y creativa.

Medios internacionales han destacado que muchas empresas  incluyen estos viajes entre sus colaboradores o empiezan a dar tiempo para que el personal asista a estas actividades como pare de la medicina preventiva.

En 2017 el Geisinger Medical Center en Pensilvania, Estados Unidos, estudió a un grupo de pacientes con dolor crónico en una terapia de siembra de hortalizas, otra manera de integrarse a la naturaleza.  “Se ha demostrado que con esta actividad, ellos aumentan la sensación de bienestar, disminuyen la depresión y la soledad, a la vez que tienen una sensación de logro”, explican los investigadores en los resultados de este programa.

Los pacientes mostraron reducciones significativas en los aspectos mencionados, así como un aumento en la actividad física y social y la capacidad para controlar su dolor, y en general indica que sufrieron menos estrés en comparación con sus pares que no participaron en este grupo.

Ojo con la diabetes

Una de las contraindicaciones es para las personas que viven con diabetes.

El médico Daniel Canté, experto en pie diabético y director fundador de CEDIPA centro de diabetología y prevención de amputaciones indica que esta enfermedad crónica tiene un gran  impacto socio-sanitario no solo por su alta prevalencia, sino también por su elevada morbimortalidad.

Sin embargo en Diabetes Mellitus Tipo II el 38.5% ha sido diagnosticado mientras que el 61.5% todavía no sabe que padece de esta enfermedad.

Como consecuencia de la  neuropatía diabética (daño en los nervios causado por la diabetes) aparecen problemas con el control de la estabilidad y el equilibrio. Estos problemas, sumados a la alteración de la sensibilidad en la extremidad inferior, suponen una pérdida del control dinámico que condiciona el patrón de marcha en estos pacientes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un ejercicio de moderada intensidad durante 30 minutos la mayor parte de los días lo cual, acompañado de una dieta saludable reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo ll y en el caso del paciente con diabetes ayuda a reducir el riesgo cardiovascular (entre ellos el riesgo de infarto al corazón y/o cerebral).

La actividad física más recomendada para los pacientes con diabetes tipo II es el ejercicio aeróbico, es decir, de baja intensidad y larga duración.

Los pacientes con diabetes requieren de un buen plan de alimentación y también de incluir ejercicios. (Foto Prensa Libre: Pexels)

Caminar a paso ligero es la forma más común de ejercicio aeróbico, pero también lo es bailar, nadar o montar en bicicleta.

Para realizar una actividad física el paciente con diabetes debe seguir los siguientes consejos en cuanto a uso de medias y calzado.

  • Cambiar las medias todos los días. Utilizar medias claras, preferentemente de algodón. Usar medias con costuras de adentro hacia afuera o  sin costuras.
  • Evitar medias ajustadas o hasta la rodilla. Revisar erosiones en el tramado de las medias y advertir que esta erosión en breve puede ser ejercida sobre la piel y dañarla.
  • El calzado inadecuado es una causa frecuente de generación de lesiones y posterior amputación de miembros inferiores en personas con diabetes.
  • Una de las medidas más importantes de prevención es la elección apropiada y oportuna de un calzado adecuado.
  • Lo que es recomendable para el día a día y al momento de hacer ejercicio según el IWDF es: evitar caminar descalzo tanto dentro de la casa, como fuera de la misma.
  • Recordar todos los días: revisar y palpar la parte interna del calzado en búsqueda de objetos extraños en su interior. No se debe usar calzado apretado, con bordes o costuras internas irregulares o ásperas. Tampoco se debe utilizar calzado abierto tipo sandalia.
  • Se aconseja el cambio de zapatos diarios o quitarse los zapatos 10 a 15 minutos al día cada 3 horas para aliviar la presión. Evitar el uso de zapatos sin medias. Evitar el ajuste excesivo de los cordones o la utilización de calzado con ajustes elásticos.

ESCRITO POR:

ARCHIVADO EN: