El proceso consiste en asociar números y moléculas. Si una fotografía digital se compone de pequeños cuadrados (píxeles) ordenados por filas y columnas, y a cada cuadrado le corresponde un número según la tonalidad de gris que tenga, se obtendrá la secuencia de cifras que forman la imagen, explica el sitio elmundo.es.
Imágenes originales del galope, izquierda, junto al video decodificado dentro del ADN de una bacteria y recuperado, derecha, al utilizar la técnica CRISPR, según la referida revista.
Al repetir este proceso para cada fotograma de la película, se completa el video entero. Y así, en una serie de números, Shipman simplificó la fotografía en movimiento original de Muybridge.
Al emplear luego los protocolos que existen para la biología molecular, no queda más que ir al laboratorio e introducir los ingredientes necesarios, en el orden y tiempo correcto, para obtener el compuesto que necesiten y seguir con el proceso.
Con esta técnica Shipman cortó el ADN de una bacteria llamada Escherichia coli e introducido en él la secuencia del video en el orden exacto. El galope del caballo (transformado en números y luego en letras codificadas en moléculas que siguen un orden concreto) se ha quedado de este modo inserto en el material genético de la bacteria.
Los investigadores lograron recuperarlo al realizar el proceso inverso. El interior de una célula viva no es tan estable como la placa de un chip informático, por lo que los investigadores consiguieron una precisión del 90 por ciento del caballo reobtenido de la bacteria.