La doctora es miembro del departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona.
Indicó que los polifenoles del vino, más presentes en los tintos, pero también en blancos y en menor medida en rosados, son beneficiosos por su efecto protector en relación con la diabetes, según se ha constatado en las últimas investigaciones sobre esta enfermedad.
Durante el congreso, también se pondrá de manifiesto que “no hay ningún estudio que demuestre que el consumo de vino engorda”, según Lamuela, para quien es cierto que “es alcohol y tiene calorías”, pero “no existe una correlación entre aumento de peso y vino”.
Dijo que siempre ha de ser un “consumo moderado” de vino, que se establece en dos copas diarias para los hombres y una para las mujeres como máximo, preferentemente durante la ingesta de alimentos, más recomendable en las cenas, y nunca se deben superar las cuatro copas tomadas de una sola vez.
La experta subrayó que para obtener todos los efectos beneficiosos del vino se ha de acompañar de una dieta mediterránea.
“El organismo humano es un ser vivo muy complejo y muy especial, que no responde igual que una máquina que mide las calorías”, señaló, por lo que descartó que se pueda achacar solo al vino el aumento de peso.
Entre esos efectos beneficiosos de un consumo moderado de vino mencionó la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer; y también tiene propiedades prebióticas, ya que favorece una microbiota o microflora intestinal saludable.
En este congreso también se analizará la conexión del vino con las enfermedades cardiovasculares y coronarias, que es el tema más estudiado y el que tiene mayor base científica.
Esta doctora recordó que el vino ejerce un papel cardioprotector, es antioxidante y antinflamatorio, por lo que se llega a recomendar su consumo moderado por la noche a pacientes que han sufrido un infarto o una angina de pecho, ya que ayuda a que se encuentren mejor.
Además, los consumidores moderados de vino son un 25 por ciento más longevos y sufren menos enfermedades que los abstemios o los bebedores excesivos, afirmó.