Sus zapatos deportivos integra dos amortiguadores bajo la planta que absorben el impacto del apoyo del pie y devuelven la energía acumulada cuando el talón despega del suelo para lanzar un nuevo paso.
“No liberan la energía hasta que el pie no levanta del suelo para propulsarse y son estables en reposo”, comenta Freschi, sobre una tecnología que permite amortiguar hasta 20 milímetros cada apoyo, frente a los dos o tres milímetros del calzado deportivo tradicional basado en materiales blandos o cámaras de aire.
Un par cuesta unos US$395 dólares y si es de la talla 42 pesa 380 gramos e incluye amortiguadores adaptados al peso del corredor y distintas velocidades, desde el paseo a la carrera.
Su peso está en los estándares del mercado, pero su precio dobla al que proponen las líneas de calzado deportivo de grandes marcas.
“No tenemos pensado bajar los precios porque es mucho más difícil de fabricar que un producto de running tradicional” , agrega sobre los zapatos que “no se degradan jamás” y tienen botones de adherencia en la suela que pueden reemplazarse si se desgastan.
El ingenio no es un producto terapéutico sino una zapatilla dirigida a todos los amantes de la carrera recreativa, unos 100 millones de personas en el mundo.
Ingeniero aficionado a la carrera durante décadas, a los 50 años aparecieron unos problemas de espalda que preocuparon a los médicos: “Me dijeron que tenía que dejar de correr”, comenta.
Instalado en Villepinte, Frechi había desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la aeronáutica y disponía de las herramientas necesarias y de los conocimientos en mecánica y materiales para diseñar unos zapatos que le permitieran volver a hacer footing.
“Tras decenas de prototipos y miles de kilómetros de pruebas”, en el 2008 se dio cuenta de que su calzado también podía convertirse en un producto comercial viable.
Las ventas de Enko arrancarán en el 2016 con mil pares de zapatillas mensuales, y estarán disponibles en cinco colores (blanco, amarillo, magenta, azul y negro) que se comercializarán a través de internet, antes de llegar a las tiendas físicas en 2017.