Sin embargo, es importante que en algún momento pensemos qué implicaciones tendrá todo lo que publicamos. Es posible que nuestros jefes o personal de recursos humanos de la empresa, incluso nuestros compañeros de trabajo, rastreen nuestro contenido, ya sea solo por curiosidad, para examinar nuestro estilo personal o para medir nuestro grado de profesionalismo.
“Quizá nuestros jefes ingresen a nuestros perfiles de manera discreta, pero también nos pueden agregar y, si tenemos el perfil público, comenzar a dar likes o dejar comentarios en nuestras publicaciones. Aunque lo hagan porque les agradamos y no haya una intención aparente más que ser amigos, debemos preguntarnos cómo vamos a actuar ahora, qué vamos a publicar y cómo”, indica Giovanny Contreras, psicólogo industrial.
Varias redes sociales ofrecen la opción de ocultar el contenido a ciertos seguidores. Por ejemplo, Instagram permite seleccionar “mejores amigos” cuando publicamos historias para que solo ellos las puedan ver; Twitter acaba de inaugurar la opción de “círculo de Twitter” para que el contenido lo vean solo usuarios seleccionados; Facebook también permite que lo que publiquemos lo vean todos nuestros amigos o solo algunos.
¿Debo aceptar a mi jefe en redes sociales?
Aunque existan estas opciones, que pueden servirnos de mucho, ¿realmente tenemos que agregar a nuestro jefe a redes sociales?
Contreras afirma que, a pesar de llevarse bien con el jefe, es importante que al final de la jornada laboral pueda desconectarse de todo y dejar el trabajo en la oficina. Establecer un balance entre la vida laboral y la vida social es vital para la salud mental. Este equilibrio será difícil si tiene a su superior comentándole sus fotos o cada cosa que publique, porque nunca sabrá si el comentario es sarcasmo, algo pasivo agresivo o si de verdad le agrada que, por ejemplo, haya tenido una fiesta en su casa con sus amigos de la oficina y no lo haya invitado.
Por ello, la recomendación es que, si no existe confianza con su jefe, como para considerarlo amigo, mejor no lo agregue a redes sociales. Ante esto se genera la pregunta ¿queda mal ante su superior si no lo acepta?
“Realmente no, porque es un ambiente fuera de lo laboral. Es como encontrarlo en el supermercado o en restaurante, aunque es su jefe no puede decirle nada porque usted está en un ambiente personal. Usted no está obligado a aceptar su solicitud. Incluso, declinar dicha solicitud puede evitarle muchos problemas”, dice el psicólogo industrial.
¿Qué hacer si mi jefe me sigue en redes sociales?
En caso de que sus redes sociales sean públicas existe el riesgo de que cualquiera pueda ver su contenido y, en algunos casos, su reputación en línea se vea perjudicada. Por ello, Alejandra Gutiérrez, experta en recursos humanos, comparte algunos consejos para saber cómo reaccionar si tiene a su jefe como amigo en redes sociales.
- Mantener una buena reputación: cada publicación que hacemos en internet crea o apoya nuestra marca personal. El contenido que compartimos va creándonos una reputación y, de cierta forma, es una señal del tipo de persona que somos. Por ello, la recomendación es cuidar nuestra imagen en internet.
- Ser coherente: lo ideal es que la imagen que damos en estas plataformas coincida con cómo somos en la vida real. “Ser transparente” es lo aconsejable. Para lograrlo debemos ser coherentes y mantener nuestros ideales. Como profesionales se pide ser consecuentes con el contenido que se comparte desde nuestros perfiles.
- Asumir la responsabilidad: cada persona es libre de hacer lo que quiera fuera de su horario laboral. Al tener las redes sociales sin privacidad existe el riesgo que, a pesar de la libertad de expresión, algún comentario no sea del agrado de nuestros superiores o de alguien del trabajo. Por ello, se debe ser responsable y coherente, cuidar lo que se publica. “Podemos hacer lo que queramos y aceptar las consecuencias”, dice Gutiérrez.
- Ser profesional: es normal convivir en redes sociales con las personas que trabajamos, ya sea compañeros o jefes. Sin embargo, es vital mantener un grado de discreción con los superiores cuando se hace un comentario o la manera en la que nos comunicamos en chats privados, para evitar conflictos o problemas.