Aunque por supuesto no es un fenómeno al que únicamente están expuestos los niños y adolescentes, el ciberbullying tiende a ocurrir más durante estas etapas y el menor no sabe cómo manejar la situación.
El primer paso es entender que en Internet todo se potencia. Una publicación llega a cientos o miles de personas en cuestión de minutos, el contenido agresivo duele y daña mucho más, ya que al crecer la cantidad de gente que accede a una publicación, el impacto es mucho mayor. Una vez que el contenido se viralizó, es imposible detenerlo o eliminarlo, por más que el agresor se arrepienta.
Por otro lado, dada la inhibición que proveen las pantallas y las redes sociales por su anonimato, muchos niños y jóvenes se atreven a decir y hacer cosas en el mundo digital que no harían en el mundo físico.
Para abordar el tema del ciberbullying y las agresiones en línea, la compañía de seguridad informática ESET sugiere lo siguiente:
1. Formar buenos ciudadanos digitales: Así como el mundo digital es parte de la vida real, las reglas y modales que se aplican en este son las mismas que ya conocemos en el mundo físico. Enseñar a los niños respeto y normas de convivencia es importante para el ámbito de Internet, por lo que la educación en este contexto debe considerar aspectos relacionados al trato y la comunicación a través de medios digitales.
2. Concientización por encima de la prohibición: En lugar de crear pánico sobre el uso de la tecnología, la conciencia permite que surja una atmósfera positiva y de confianza. Es importante mostrara los niños y adolescentes cómo pueden utilizar la tecnología para el bien común, cómo compartir conocimiento o apoyarse mutuamente. Dentro del uso responsable, existen reglas que deben enseñarse explícitamente, estableciendo políticas firmes.
3. Solidaridad colectiva para reportar los casos de abuso: Ante un caso de agresión es muy común que los niños no lo reporten por miedo a ser la próxima víctima o al castigo por parte de los adultos. En este sentido, fomentar un diálogo fluido y un espacio de escucha también contribuye a que los niños sepan a quién acudir ante casos de violencia. La violencia en línea puede y debe ser denunciada en las mismas plataformas. Todas las redes sociales cuentan con la opción para denunciar publicaciones, comentarios e inclusos perfiles que vulneren u hostiguen a una persona. Esta es la única forma de eliminar contenido agresivo, ya que al acumular una serie de denuncias, la publicación o el perfil son eliminados. Además las mismas son anónimas, por lo que no hay temor a represalia. Es importante enseñar a los más pequeños cómo hacer uso de esta opción y animarlos no solo a hablar con un adulto en caso de una situación de hostigamiento, sino también a denunciarla en la plataforma.
4. Diálogo, la base de todo acompañamiento: Los niños necesitan saber a quién y dónde pueden acudir antes de que ocurra un problema. En este sentido, la confianza es la clave para abrir el canal de diálogo. Encuestas han revelado que los niños y jóvenes creen que sus mayores saben menos que ellos de tecnología y esta diferencia hace que sientan que sus problemas en línea son menospreciados e incomprendidos.
Finalmente tenga siempre presente que la comunicación, el amor y la comprensión son las bases para la relación de confianza que debe tener con su hijo o hija.