Los expertos advierten de las consecuencias negativas en la salud: estos alimentos están suplantando las dietas tradicionales más nutritivas y el aumento en su consumo está correlacionado estrechamente con la prevalencia de obesidad en adultos en 12 de los países estudiados.
Los alimentos ultraprocesados son “doblemente perjudiciales” , señaló Jacoby. “Son casi adictivos y eso lleva a aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes” , añadió el analista.
Un estudio de la OPS examinó datos sobre bebidas carbonatadas, golosinas, cereales, helados, bebidas energéticas, salsas y pastas para untar y comidas preparadas, y determinó que sus ventas per cápita entre el 2000 y el 2013 aumentaron 26.7 por ciento en 13 países latinoamericanos.
El mayor crecimiento se registró en Uruguay, con 146 por ciento, seguido de Bolivia (130 por ciento) y Perú (107 por ciento) . Entre los rubros, el principal incremento correspondió a las bebidas azucaradas.
En contraste, el consumo per cápita de los alimentos ultraprocesados cayó 9.8 por ciento en Estados Unidos y Canadá. No obstante los dos lideran una lista de 80 países en ventas anuales de esos productos.
La venta de comida rápida -que el estudio analiza por separado- aumentó 38.9 por ciento durante el período, con los brasileños y los peruanos entre los mayores consumidores de esos alimentos altamente calóricos pero adictivos.
La OPS también analizó datos estadísticos en Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, República Dominicana, y Venezuela.
Para el experto nutricionista y coautor del estudio, Jean-Claude Moubarac, “América Latina y otras regiones en desarrollo se han convertido en atractivos mercados para los fabricantes de alimentos industriales, en especial cuando los mercados de altos ingresos se saturan o incluso empiezan a reducir el consumo de estos productos” .
El crecimiento demográfico, la urbanización y el aumento de ingresos en América Latina después de una década de mejoras económicas influyen en la tendencia, al igual que políticas comerciales y regulatorias laxas, indicaron los autores del informe.
No obstante, la tendencia se puede revertir, señaló la OPS, si los gobiernos y las organizaciones civiles apoyan e implementan políticas para promover los alimentos saludables, incluyendo normas de precios e incentivos agrícolas para proteger los cultivos tradicionales, y campañas para promover su inclusión en las escuelas y la preparación casera de comidas.