Lectura recomendada
“El perdón es importante para las personas implicadas. Quien pide perdón, acepta que cometió un error y, de esa manera, se libera y se fortalece. En el caso de quien perdona, acepta que le hicieron daño, pero esto no significa que la relación se restituya. Todo dependerá de la magnitud de los daños”, explica Mayra de Rossell, psicóloga clínica.
Para Anne Bonin, directora de la Universidad Brahma Kumaris, “la forma de construir el perdón es perdonándose a sí mismo, reconstruyendo su autoestima y generando pensamientos positivos”. Y parte de este proceso, dice Bonin, liberando y dejando ir lo impuro.
De acuerdo con esto, de Rossel explica que “cuando dejamos de cargar con algo que hicimos, podemos continuar con el camino de la vida, sea que nos perdonen o no. Eso nos fortalece”.
La percepción
Aunque suene un tanto difícil, si buscamos el perdón debemos aprender a no involucrar los sentimientos y observar la situación desde otra perspectiva. “Visualice y analice el problema desde otro punto de vista para poder entender que las consecuencias son nefastas al grado de enfermarse físicamente. Lo importante es tener libertad”, recomienda Bonin.
Recuerde que sus vivencias podrían influir en la manera en que percibe la situación. “Dependerá de lo que hemos vivido el hecho de magnificar o disminuir el acto”, agrega de Rossell. Asimismo, la experta sugiere que, luego de perdonarse a sí mismo por sus actos, evalúe si es conveniente dar el siguiente paso: pedir perdón.
Tome en cuenta que hacerlo implica abrir la herida. “Si ayuda a que la otra persona sane, hágalo. Si es como una herida que infecta, no lo haga y continúe con un proceso personal”, agrega la psicóloga.
Sea asertivo para pedir perdón
Si considera que lo conveniente es pedir perdón, aplique la comunicación asertiva para no herir más. De Rossell explica que ser asertivo consiste en decir lo que siente y opino tomando en cuenta las emociones de la otra persona, respetándola como alguien individual, no imponiendo lo que quiere, teniendo claridad al expresarse, tener empatía y demostrar respeto”.
Tenga presente que, previo a pedir perdón, tendrá que haberse perdonado a sí mismo. “Esto lo liberará de la culpa que le acompaña. Si no lo hace, podría magnificar el error que ha cometido”, añade.
Según Bonin, es importante que tenga conciencia de los sentimientos que genera para poder cambiar la situación. “No genere energía negativa. Si lo logra, podría transformar esa relación, pensar diferente y generar pensamientos que construyan”, agrega.
De Rossel recomienda que, al momento de pedir perdón, cite a la persona en un lugar neutral para que las emociones tengan un “freno” debido al entorno. “Ofrezca las disculpas desde el corazón, sin pensarlo mucho y sin adornarlo tanto. Sea específico en lo que dirá, sea asertivo, empático, considere las emociones de la otra persona y dele la oportunidad de que decida si perdona o no. Recuerde que la otra persona necesita espacio, tiempo y pasar un proceso. Respete la decisión”, dice la experta.
Si la persona decide perdonar, de Rossell recomienda que permita que todo fluya: “no insista en regresar como que nada pasó. Tome en cuenta que debe fortalecer nuevamente la relación. Si se trata de un vínculo amoroso, enamore a su pareja. Si es algo entre familia, recuerde que el amor es una decisión diaria y debe fortalecer por medio de la convivencia diaria”.
Pero podría suceder que no exista disposición en restituir las relaciones, a pesar de haber perdonado. “En casos extremos como una violación o un asesinato, perdonar no necesariamente significa que debamos convivir. Bastará con perdonar y ser perdonados para haber cumplido con nuestro propósito. Esto también podría suceder con la familia”, explica la psicóloga.
Si no existe el perdón
Al no pedir perdón, corre el riesgo de continuar con un círculo en el cual cometerá errores, dice la psicóloga. “Si no logramos ver lo que hacemos, no podemos cambiar de dirección y lo vamos a repetir hasta que la vida nos enseñe. Mientras tanto, dañaremos a muchas personas”, expresa.
Según Bonin, el amor debe prevalecer para que emerja el perdón. “En su mayoría, cuando no se da el perdón es cuando predomina el ego en la persona. Por ello sufre rencor, odio y presenta sensaciones de venganza”, expresa.
Busque ayuda
Al no haber perdón, podríamos vernos comprometidos con la salud tanto física como mental y emocional. “La salud principal está en la mente. Si genera ideas negativas, haga a un lado esas creencias que funcionan como veneno porque esto no lo beneficia”, expresa Bonin.
Si es necesario, busque ayuda con expertos en psicología y, de igual manera, alimente su espiritualidad. “Enfóquese en su esencia y abra paso a la espiritualidad, a crear una relación con Dios para que le dé el poder, el soporte que necesita y así lograr transformar todo aquello que no podemos hacer”, agrega la directora de la Universidad Brahma Kumaris.
Una experiencia personal
Anne Bonin tenía 17 años y vivía en Estados Unidos cuando recibió la noticia de que su padre había fallecido. Al regresar a Guatemala, le informaron que se había tratado de un asesinato con dieciocho impactos de bala. “En esos momentos hay confusión, uno no entiende y busca motivos o razones”, expresa.
“Mi madre entendió que, aunque buscara venganza, no iba a traer a la vida a su esposo. Siguió adelante, decidió luchar por sus hijos. A nivel de perdón, esta experiencia nos enseñó muchísimo”, cuenta Bonin, quien supo perdonar, dejar el pasado para no bloquearse y continuar con su vida.
“El proceso del perdón es personal y nos permite sanar el alma para seguir con nuestro camino y no estancarnos. Si no podemos hacerlo solos, busquemos ayuda profesional y espiritual”, recomienda la psicóloga Mayra de Rossell.
Contenido relacionado:
>Actividades productivas que pueden llevar a cabo las personas cuando se jubilan
>Consejos para no perder la autonomía al estar en una relación de pareja