De acuerdo con Juan Carlos Navas, traumatólogo y ortopedista pediátrico, el pie equino varo es una enfermedad congénita que se observa porque los tendones posteriores de la pierna son más cortos y hay un engrosamiento de los tendones y ligamentos de la parte medial del pie, lo que provoca una deformidad en la parte de atrás en equino o caída. Es decir, los dedos del pie se giran hacia la pierna opuesta.
Cuando el paciente es recién nacido, esta condición no causa ninguna molestia o dolor. Sin embargo, se diagnostica fácilmente ya que la parte superior del pie suele estar doblada hacia abajo y hacia adentro, lo que aumenta el arco y gira el talón hacia adentro. Es posible que el pie esté tan torcido que se vea como si estuviera al revés, indica el portal de Clínica Mayo.
Aproximadamente la mitad de los niños con pie equino varo lo tienen en ambos pies. Quienes padecen esta condición tienen dificultad para caminar, por lo que los especialistas recomiendan tratarlo poco después del nacimiento.
Guatemala tiene aproximadamente entre 400 y 500 casos de pie equino varo al año. La incidencia a nivel mundial es de uno por cada mil nacidos.
Factores de riesgo
Las causas del pie zambo son desconocidas. Sin embargo, existen factores de riesgo como antecedentes familiares. “Hemos recibido niños que tienen historial familiar con esta condición, sobre todo cuando se trata de padres a hijos”, menciona Johanssen Gonzalez, oficial de programas para América Latina de Miracle Feet -una organización que apoya programas de pie equino varo en países de renta baja y renta media. Su sede central se encuentra en Estados Unidos, sin embargo, desde el 2017 llevan a cabo programas en Guatemala para que más personas reciban el tratamiento adecuado por esta condición congénita-.
Otros factores de riesgo son otras anomalías que están presentes al nacer, como la espina bífida, un problema que ocurre cuando la columna vertebral y la médula espinal no se desarrollan adecuadamente.
“En la mayoría de los casos el pie equino varo se diagnostica desde el embarazo, en el segundo trimestre, por medio de un ultrasonido. Por ello es importante hacer incidencia a nivel de salud pública para que los médicos especialistas puedan identificar la discapacidad y los refieran a los lugares indicados”, dice Gonzalez.
Entre las consecuencias de no tratar el pie equino varo se encuentra la limitación motora, ya que las personas con esta condición no pueden caminar de forma cómoda. Además, representa un impacto a nivel psicológico, social y económico, ya que la mayoría ve limitadas sus oportunidades por esta discapacidad.
Tratamiento
Lo ideal es comenzar con el tratamiento desde corta edad, incluso, con una semana de nacido, ya que facilita la manipulación del pie por la plasticidad y capacidad de remodelación. Por ello, los especialistas apuestan a la detección temprana.
El tratamiento consiste en manipular la postura del pie a través de una serie de enyesados. Es decir, los padres de familia llevan al bebé a la clínica para que los médicos coloquen un yeso en el pie, con una manipulación específica. Este procedimiento se repite cada semana hasta lograr la corrección completa. Es fundamental la limpieza y buena conservación de dichos yesos para que el niño esté lo más cómodo posible.
Luego se requerirá una pequeña cirugía, con anestesia local y no precisa ingreso hospitalario. Consiste en un pequeño corte en el tendón de Aquiles y después se coloca el último yeso. En general se requiere de 3 a 5 cambios de yeso.
La segunda fase del tratamiento consiste en mantener la corrección lograda. Esto se realiza por medio de una barra de abducción que mantiene los pies en la postura correcta. Se trata de unos zapatos girados hacia afuera y una barra que las une. “Solo se debe quitar para bañar al niño. Esta es la fase del tratamiento más duradera porque tarda aproximadamente cinco años en un bebé recién nacido”, dice Gonzalez.
Respecto a si después de los cinco años existe algún riesgo de que el pie pierda la postura correcta, Gonzalez indica que si se siguió el tratamiento como los médicos indicaron y el niño fue dado de alta, entonces la posición del pie no cambiará y será un éxito. “El riesgo de que regrese la mala postura existe cuando se descuida el tratamiento después de un año de haberlo comenzado, cuando todavía falta mucho por delante”, agrega.
El doctor Navas indica que la familia es fundamental para que el tratamiento sea un éxito, ya que los especialistas ven al bebé una vez a la semana, solo para colocar el yeso. Sin embargo, los padres de familia o adultos encargados son los responsables de cumplir con las citas establecidas por el centro de salud y colocar la barra de abducción para lograr la postura deseada.
Por ello, el programa que ofrece Miracle Feet en Guatemala incluye, además de todas las fases del tratamiento, una inducción a los padres de familia para que sepan cómo ayudar a sus hijos en casa. Es decir, que sepan cómo colocar las barras de abducción o qué hacer si existe un problema con el yeso.
Los especialistas indican que el tratamiento también se puede llevar a cabo en edades más avanzadas. Sin embargo, llevará más tiempo y la intervención quirúrgica será más invasiva ya que el esqueleto y los músculos de la persona estarán más rígidos.
Nueva clínica para tratamiento
Este martes 20 de septiembre Fundal inauguró una clínica para el diagnóstico y tratamiento de pie equino varo en la capital de Guatemala, en alianza con Miracle Feet. El objetivo de ambas organizaciones es prestar un servicio gratuito y que cada vez sean más los niños puedan corregir la postura de su pie.
“Cuando Miracle Feet nos hizo la propuesta de aliarnos para crear una clínica en la que se pueda tratar el pie equino varo no pudimos negarnos porque tenemos la capacidad, el equipo y el compromiso. Es una forma diferente de impactar la vida de la niñez para siempre”, dice Diana Bonilla, directora de Fundal.
“Si alguien quiere conocer nuestros servicios o si sabe de alguien con esta discapacidad que quiera ayuda nos puede contactar para solicitar atención. No importa la edad de la persona, estamos dispuestos a ayudar a todos los que podamos”, añade.
Luego de establecer contacto, se verifica si la sede de Fundal es la más cercana. De no ser así se referirá a otra organización que preste el mismo servicio. Bonilla enfatiza que la cercanía y comodidad del centro en donde se reciba la atención es ideal para que el tratamiento sea un éxito. Si desea comunicarse a Fundal puede llamar al número 2491-7878 o escribir al correo info@fundal.org.gt.
Además, hacen una invitación a que traumatólogos y/o ortopedistas puedan unirse al programa y puedan donar su tiempo para ayudar a más niños.
Fundal es una organización guatemalteca no lucrativa que desde 1998 se dedica a la educación con enfoque de derechos para bebés, niños y jóvenes con sordoceguera y discapacidad múltiple.