“Tampoco es razonable creer que los beneficios conocidos y potenciales de estos productos exceden su riesgo conocido y potencial”, señaló al anunciar el fin de su uso de emergencia.
La FDA había dado luz verde el 30 de marzo para que estos tratamientos antipalúdicos se prescribieran, solamente en hospitales, a pacientes contaminados por el nuevo coronavirus.
Donald Trump puso grandes esperanzas en la hidroxicloroquina, cuya eficacia contra la covid-19 nunca fue demostrada con argumentos rigurosos.
“Hay una buena posibilidad de que pueda tener un gran impacto. Sería una bendición si funcionara”, había señalado el magnate.
El propio presidente republicano más tarde se sometió al tratamiento preventivo con hidroxicloroquina durante dos semanas.
Pero la FDA advirtió el 25 de abril contra el uso de los dos antipalúdicos “fuera de un hospital o ensayos clínicos debido al riesgo de trastornos del ritmo cardíaco”.
Francia, donde un controvertido médico, el profesor Didier Raoult, defendió y destacó la hidroxicloroquina, prohibió su uso el 28 de mayo en el tratamiento contra el coronavirus.